El Atlético derribó ayer el mito de la imbatibilidad de Anoeta y, por primera vez en su historia, logró un triunfo brillante (2-4) en el estadio donostiarra, con Forlán y Agüero marcando las diferencias.
El partido se puso de cara muy pronto para los locales que, en su primera llegada al área rival, sacaban petróleo en forma de gol, al introducir Ujfalusi el esférico en su portería por la presencia intimidatoria de Llorente, al que podría otorgársele medio tanto.
Disputó 30 minutos de auténtico nivel el equipo que entrena Martín Lasarte, pero cuando mejor lo tenía para dejar muy encarrilado el choque, se echó atrás fruto de la presión rojiblanca.
El bloque de Quique Sánchez Flores salió más entonado en la segunda mitad ya que los vascos, conformes con el resultado, prefirieron contemporizar.
Después de dos avisos, uno de Thiago y otro de Agüero, y cuando los locales demandaban un penalti en el área visitante se montó la contra gestionada por el propio Agüero, que mandó un centro medido para Forlán y éste firmó el empate.
No conforme con este resultado, el conjunto rojiblanco siguió acechando la portería de Bravo y dio la vuelta al marcador con dos tantos de Agüero que formó una sociedad letal con Forlán. Rivas, a cinco minutos para el final estableció el 2-3 hasta que Simao, de penalt, puso el broche al gran partido de su equipo.
