El Atlético de Madrid vuelve de nuevo a preparar su pretemporada en el lugar por excelencia de todos los años, Los Ángeles de San Rafael. Desde el pasado lunes el conjunto rojiblanco se entrena en la localidad segoviana, con algunas bajas tanto por vacaciones como por lesión.
Acostumbrados a tener el equipo casi al completo en estas fechas, se hace extraño que quizás los más esperados por la afición no estén en el campo de entrenamiento. Con la resaca del mundial y las vacaciones que esto supone para algunos de los colchoneros, en ciertos casos muy merecidas, el conjunto comenzó la pretemporada sin Agüero, Simao, Tiago o el Balón de Oro del Mundial de Sudáfrica, Diego Forlán.
La presencia de Sergio Asenjo y Borja González también brilló por su ausencia en el campo de Los Ángeles, pero las causas fueron bastante diferentes. Lesionados desde el mes de mayo, a ambos se les ha retirado de los entrenamientos en el aspecto físico y táctico, para prepararse en el Spa de la localidad y reforzar su recuperación, con la ayuda del preparador físico Oscar Pitillas.
Por otro lado, Diego Costa apareció en el campo, para posteriormente hacer “mutis por el foro” debido a una sobrecarga muscular, según fuentes del Atlético de Madrid. Aunque en la grada los constantes murmullos, entre periodistas y algún que otro aficionado, hablaban de una posible retirada al gimnasio, para pulir ese desmejorado estado físico en el que se encuentra el brasileño después de las vacaciones.
Aun así, con la primera copa de la UEFA Europa League en la memoria y la final de la Supercopa de Europa en el punto de mira, los rojiblancos se disponen a exigirse al máximo en la pretemporada para conseguir un triunfo frente al Inter el 27 de agosto y mejorar en la liga.
Para cumplir con estos deseos de equipo, los colchoneros deben apretar y desperezarse, dejando las vacaciones en el olvido, lo que algunos todavía no han hecho o por lo menos fue lo que Quique Sánchez Flores le gritaba a alguno en el entrenamiento de ayer «Ibrahima vuelve, que no estás, no estás ni en Madrid todavía».
La mañana de ayer comenzó con una puntualidad exquisita en la que los jugadores pisaron el campo a las 9:30 horas en punto. El entrenador y el segundo, Francisco Escribá, reunieron a todos en el centro del campo dándoles unas nociones previas para después comenzar con carrera continua y un calentamiento general, completado con estiramientos, flexiones y abdominales.
El buen ánimo del equipo y las conversaciones matutinas entre todos ellos marcaron la primera parte del entrenamiento en la que Sánchez Flores, Escribá y Emilio Álvarez, el entrenador de los porteros, aprovecharon para estructurar las siguientes actividades con las que completarían la primera parte de la jornada.
Una vez acabada la primera sesión, el grupo fue separado en dos, reuniendo a los cancerberos por un lado y al resto de la plantilla por el otro. El primer y el segundo entrenador se quedaron con defensas, centrocampistas y delanteros con los que comenzaron practicando los pases y el movimiento de balón sobre el terreno de juego. Mientras que Emilio Álvarez con sus gritos y ánimos despertaba a los guardametas con una serie de ejercicios de fuerza y habilidad.
En la tercera parte del entrenamiento predominaron los ejercicios de movimientos tácticos, y se insistió en la presión y posesión del balón. Estas nociones son consideradas de mucha importancia por el equipo porque como después diría Valera en rueda de prensa “nos viene muy bien trabajar los aspectos tácticos en los que el técnico insiste. Sobre todo hace hincapié en que estemos bien colocados en el terreno de juego” puntualizó.
Posteriormente el grupo se volvió a reunir bajo las instrucciones del equipo técnico que les mandó separarse de nuevo en dos conjuntos y jugar un partidillo en el que las posiciones rotaban de unos a otros para obtener el mejor resultado a vista del entrenador, que no cesó de corregir a los miembros del equipo en cada jugada.
Por último los rojiblancos terminaron el entrenamiento después de una hora y media al igual que empezaron, con una carrera. Por un lado, un grupo formado por Cabrera, Ibrahima, Gallegos y Mínguez, corrieron junto al técnico. Otro grupo, compuesto por Joshua, Regalón, Molino, Ortiz y Salvio, hicieron lo propio junto al segundo entrenador.
El resto del plantel inició una fase de trabajo de potencia aeróbica junto al preparador físico Jordi García.