Una demostración de coraje del Atlético de Madrid, en inferioridad numérica durante casi media hora, y un gol de penalti del portugués Simao Sabrosa, en su despedida rumbo al Besiktas turco, dieron al conjunto rojiblanco una ventaja merecida en los octavos de final de la Copa del Rey ante un gris Espanyol.
El encuentro, incluso cuando se quedó con un jugador menos por la expulsión de José Antonio Reyes en los instantes finales de la primera parte, casi siempre perteneció en juego y en ocasiones al bloque madrileño, que manda en una eliminatoria todavía muy abierta y que se decidirá el próximo enero en Barcelona.
El conjunto de Quique Sánchez Flores llegará allí con una mínima renta, tras solventar un choque complicado, con intensidad, tensión y bastantes contratiempos en las filas rojiblancas, sobre todo en el primer tiempo, en el que, al inicio, sufrió la lesión del uruguayo Diego Forlán y luego jugó en inferioridad numérica por una discutible expulsión de Reyes.
El único tanto del duelo llegó a la media hora, en una acción de Reyes, cuyo disparo se encontró con las manos de Amat al límite del área. Un penalti dudoso, muy protestado en las filas blanquiazules y transformado por Simao, en su último gol como ‘colchonero’.
