Un decepcionante empate contra el Mallorca confirmó ayer la crisis del Atlético de Madrid, que recibió el 0-1 en la primera jugada y que empató antes del descanso, pero que repitió un fútbol previsible, sin apenas ocasiones claras, y que reincidió en sus problemas ofensivos ante un rival competitivo y conformista.
El Atlético se encontró el peor panorama posible en la primera jugada. Penalti en contra en el minuto uno. No falló el israelí Tomer Hemed, que suma cuatro goles en el curso de su estreno en la Liga.
Gregorio Manzano, que prescindió de José Antonio Reyes en el once por segundo choque seguido, insistió en un sistema sin extremos, con excesiva acumulación de futbolistas por el centro y con las bandas como carril exclusivo para los laterales. No funcionó el Atlético, que ni hizo daño ni incomodó al Mallorca hasta el minuto 43.
Reclamó un penalti el brasileño Diego Ribas, el único que intentó dar algo de verticalidad al fútbol local camino del descanso; Tiago enganchó un disparo lejano; Falcao hizo una jugada individual; una pared acabó con un intento de Silvio… El Atlético dominaba, pero sólo aparecía a ráfagas, sin claridad ni profundidad.
Las dificultades en ataque del equipo madrileño facilitaron el trabajo defensivo del Mallorca, que vivió con la tranquilidad que le daba el 0-1 a favor y el continuo, lento e inofensivo movimiento horizontal de balón de los rojiblancos, hasta que un penalti de Ramis sobre Falcao lo transformó el colombiano en el 1-1 (minuto 43).
Un alivio para el Atlético. Empató el partido en un momento importante, poco antes del descanso; rompió su sequía goleadora colectiva de los últimos tres encuentros e individual de Falcao en los cinco choques mas recientes y tenía más de 45 minutos para buscar la victoria, aunque aún con la necesidad de ofrecer mucho más.
Ya en la segunda parte, una ocasión de Adrián López, que falló ante Aouate tras un pase perfecto de Turan, dio algo de credibilidad a los intentos en ataque de un Atlético muy previsible. Con más control, pero sin imaginación en los metros finales, salvo en alguna aparición de Reyes, ya sobre el césped junto a Salvio en una doble sustitución de Manzano.
También hubo cambios en el Mallorca, uno obligado por un fuerte golpe en la cabeza de Chico Flores, retirado en camilla del terreno de juego, en un choque con el portero Aouate, en un encuentro que entró en el tramo final sin nada decidido.
Pero finalmente el Atlético, con más urgencias que convicción, no fue capaz de cambiar la dinámica del partido, que apuntaba al empate, pese a los últimos intentos ofensivos, como un cabezazo de Falcao y un libre directo de Diego.
