El Athletic recuperó ayer la quinta plaza tras ganar a un Sevilla que no mereció perder y que acabó derrotado con un gol en propia puerta de Federico Fazio y otro de penalti de Andoni Iraola.
El arranque del choque no siguió el guión habitual de los últimos en San Mamés, en los que el conjunto vasco arrolló ya de inicio a su oponente. Entre que el rival demostró tener la lección aprendida y un choque de las cabezas de Iraola y Negredo, que tuvo a ambos tendidos en el suelo durante tres minutos, el duelo no acababa de coger ritmo. Iraola se mantuvo en el encuentro, pero Negredo, después de que se le cayese la protección que le colocaron en la cabeza, tuvo que abandonar.
Se animó el choque a partir del ecuador del primer cuarto producto de varias poderosas llegadas casi al límite de Toquero hasta la línea de fondo, desde donde sacaba centros casi increíbles.
Pero el Sevilla mantenía el control y buscó las cosquillas a Iraizoz con tiros lejanos de Rakitic, dos, y Navas, de los que, no obstante, no sacó nada. Como tampoco Llorente en otro remate de cabeza, prácticamente placado por Fazio.
La segunda parte comenzó con el Sevilla más asentado y dominador del juego. El Athletic acusó la lesión de Toquero en su primera carrera tras el descanso y vio cómo los de Gregorio Manzano rondaban el 0-1 en dos remates de Kanouté y Escudé, y fundamentalmente en una jugada mal acabada por Kanouté a centro de Cáceres.
Retomaron impulso los locales y David López lo intentó con un disparo desde la frontal, a las manos de Javi Varas. Siete minutos después, en un centro de Koikili que no parecía tener mayor peligro, Fazio, solo, despejó sobre su propia portería sin que el meta pudiese hacer nada.
Pudo lograr el 2-0 el Athletic en la siguiente jugada, una buena combinación entre De Marcos, Iraola y Llorente, que remató de manera deficiente el alavés.
De Marcos se tomó la revancha a poco del final después de una volea de Gurpegui que apuntaba a gol y que despejó a córner Escudé. Fue precisamente el central francés el que derribó al de Laguardia en la jugada del penalti que transformó Iraola para finiquitar el choque.
