En uno de los templos del atletismo nacional, en el estadio Olímpico de Montjuic, el segoviano Javier Guerra Polo completaba el domingo una temporada que nunca se le irá de la memoria. Un año de alegrías que ha acabado en agosto con un excelente décimo puesto en los 5.000, y que comenzó en el último mes de 2008 en Bruselas, con un oro por equipos con la selección española que le iba a servir para tomar impulso y empezar a acumular éxitos, tanto en España como en el extranjero.
Guerra divide su campaña en tres partes fundamentales: el Campeonato de Europa de Cross en diciembre; los Campeonatos de España de Cross, tanto individual como por clubes, y el Mundial hasta marzo; y la campaña de verano, que concluyó el fin de semana pasado. Así, comenta que “mi temporada ha sido bastante satisfactoria, comenzando por el primer objetivo en diciembre, que lo cumplí con creces. Me marqué como meta entrar en la selección para el Campeonato de Europa, y dado que el nivel del cross en España es muy alto, conseguir estar entre los seis primeros era muy complicado. Pero al final lo logré, siendo el tercer español en el cross de Llodio”.
Y la recompensa llegó con el metal dorado en el Campeonato de Europa, donde el segoviano hizo “una de mis mejores actuaciones como atleta. Fui décimo casi toda la carrera y al final quedé decimoquinto, contribuyendo a que España fuera campeona continental, lo cual ha sido uno de los éxitos más importantes del año”.
“No tiene nada que ver correr en España con hacerlo a nivel internacional. Todo se magnifica más y los rivales son mucho más fuertes, por lo que lidiar con ellos es mucho más complicado”, explica Guerra, tras una temporada en la que ha viajado más que nunca lejos de nuestras fronteras. Pero hay algo que el deportista tiene claro, y es que “siempre respetando a todos mis rivales, no les tengo miedo y siempre voy a luchar hasta el último metro”.
Y como es de sabios aprender de lo que te rodea, el hecho de competir junto a los grandes “me dio mucha confianza de cara a próximos años, y me enseñó a que tengo que creérmelo más y puedo estar ahí delante. Lo mismo me ocurrió en la pista, en la Universiada, donde me medí a corredores importantes y viví situaciones muy especiales, como la tensión que se vive en los minutos previos en la cámara de llamadas, donde hay que saber controlar los nervios y la presión”, afirma.
Tras diciembre la historia no había hecho nada más que empezar, y el fondista siguió completando buenas carreras en crosses como el de Venta de Baños, Amorebieta y Maratón. También quedó quinto en la Copa de Europa con su Club el Bikila, que se hizo con el bronce a nivel europeo.
Y es que Javier Guerra confiesa que “me siento muy a gusto en el Bikila, y no puedo estar en otro mejor. Es un Club que lleva creciendo desde la categoría junior y juvenil, logrando varios campeonatos. Llevo ya en él 9 años, y hemos formado un bloque muy compacto en el cross, llegando a ser este año campeones de España, por lo que al que viene nos toca ir a la Copa de Europa de clubes –que además es en España– para conseguir un título que el año pasado se nos escapó solo por 3 puntos”.
En cuanto a las lesiones, afortunadamente el atleta segoviano no ha tenido que resentirse de ninguna grave y, exceptuando “los dos campeonatos de España, en los que me tuve que retirar por un problema físico que me dejó K.O.”, Guerra afirma estar “muy contento desde que me solucionaron mi problema con las plantillas. Además, tengo que agradecer a mi masajista Noel y a mi osteópata Azucena. Entre todos formamos un buen equipo y me están ayudando mucho para que no haya vuelto a lesionarme. Espero seguir así, ya que la continuidad es fundamental en este deporte”.
Uno de los aspectos en los que el atleta se ha propuesto mejorar de cara al futuro es en la pista. Confiesa que “poco a poco voy mejorando, aunque esta superficie aún se me atraganta y me falta rematar muchos detalles. La verdad es que los entrenamientos que hago son bastante satisfactorios, pero no los reflejo al cien por cien en la competición. Espero que todo sea una cuestión de años y de madurez, y que pueda mejorar con el tiempo, por eso de cara al año que viene quiero prepararme más en el 1.500 y el 3.000, que es la distancia donde se deciden las carreras más largas”.
Tras estos meses tan intensos y fructíferos, Javier Guerra disfruta de unos días de vacaciones después de una campaña de la que afirma sentirse “orgulloso, porque he cumplido en la mayoría de las pruebas, logrando un título a nivel nacional y otro europeo, que me han ayudado a consagrarme un poco más en la élite, lo cual es muy difícil”, concluye.