El dibujo como purga contra sus dificultades para el aprendizaje. Eso fue lo que le sucedió al artista gráfico Javier Mariscal, quien afirma que comenzó a realizar sus primeros trazos sobre un folio porque era y es disléxico. «Me agarré al dibujo como sistema de entender la vida. Nunca me he separado de él. Lo paso muy bien», expresó hace unos días el creador del Cobi -la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992-, durante la presentación de su primera muestra de la obra del Estudio Mariscal que ofrece el Museo ABC, en Madrid, hasta mediados del próximo mes de septiembre.
Un viaje desde sus inicios, con personajes míticos como los Garriris, imágenes icónicas como la de Bar Cel Ona, para terminar bailando con los protagonistas del largometraje Chico & Rita, son algunas de las propuestas de esta exposición que permite introducirse en el corazón del proceso creativo y del impulso vital que genera la actividad de Javier Mariscal y de su equipo.
Este artista polifacético ha basado su obra en el diseño gráfico e industrial y otros ámbitos creativos como la pintura, la escultura o la ilustración. «El dibujo es la profesión más antigua del mundo, los alfabetos aparecieron mucho después. Son símbolos que se emplean como elementos de comunicación imprescindibles, es reflejar una filosofía», explicó
La instalación, concebida como una gran exhibición, despliega toda su trayectoria en un espacio abarrotado de proyectos. El diálogo que se establece entre las diferentes especialidades del diseño, soportes y técnicas aporta las claves de las constantes de Mariscal.
El dibujo es la herramienta esencial con la que el artista ha ido construyendo su vocabulario pictórico, formando un lenguaje propio, original y artístico que está presente en todo su trabajo, desde el principio de un proyecto hasta su conclusión. Sus apuntes del natural representan sentimientos, expresan emociones, desarrollan ideas, y transmiten su visión del mundo y de lo que le rodea.
Las letras dibujadas por Mariscal, que ocupan un gran espacio físico en el centro de la muestra, hablan en el mismo lenguaje plástico que es común a toda su trayectoría creadora. Las palabras, meras representaciones gráficas de los sonidos de un idioma, al ser garabateadas por el valenciano adquieren una carga semántica que les permite transmitir, bajo su nueva apariencia expositiva, no solo esa información, sino muchas otras, así como conectar emocionalmente con el público.
Los colores y su ausencia (el blanco y el negro) recorren transversalmente toda la exposición del Museo ABC, asociados a las emociones que siempre transmiten en la obra de Mariscal: optimismo y alegría de vivir.
Los inicios de artista, durante la década de los 70, se muestran con una selección de hitos que reflejan la búsqueda de un lenguaje original y propio. En estas guías de hace 40 años se aprecian ya algunos de sus rasgos más característicos: la fascinación por el diseño de los 50, el litoral mediterráneo y los objetos domésticos.
La exposición presenta también una selección de los episodios más significativos de los 80 y 90, muchos de ellos reproducidos en soportes callejeros como revistas, bolsas comerciales y carteles.
Los proyectos multidisciplinares nacen con la fundación del Estudio Mariscal en 1989, que hoy cuenta con un grupo de profesionales especializados en estrategia, creatividad, diseño gráfico e industrial, arquitectura, y medios digitales y audiovisuales. Para transmitir esos mensajes, la retrospectiva proyecta numerosas iniciativas donde se mezclan con naturalidad el gesto del autor, las diferentes disciplinas y las tecnologías que concurren en cada caso.
El cine constituye su último experimento. Concretamente el filme de animación para público adulto Chico & Rita, creado y producido conjuntamente por Estudio Mariscal y el director Fernando Trueba. Con esta película, Mariscal vuelve a sus orígenes y pone de manifiesto su «amor por el cómic», como él mismo lo define, y la ilustración.
