La fe es, generalmente, la confianza o creencia en algo o alguien. Es una confianza que no necesita pruebas. El alcalde, Pedro Arahuetes, ha perdido la fe, aunque no religiosa, sino en su sentido más terrenal, y como Santo Tomás necesita evidencias para recuperarla.
Arahuetes ha perdido la fe en el PP y, según dice, ya no se fía de las palabras del portavoz municipal de los populares, Jesús Postigo. «Me he fiado dos veces de su palabra y las dos veces no ha valido para nada», aseguró ayer el alcalde.
La desconfianza de Arahuetes se traduce en que el Gobierno municipal socialista, en contra de los deseos del PP, no someterá al pleno, que se celebrará mañana lunes, la modificación urbanística para permitir la construcción de más de 6.400 viviendas en los sectores A y B, la bolsa de suelo, de casi un millón de metros cuadrados, junto a la carretera de La Granja.
De nada han servido las manifestaciones públicas de los populares de que votarán a favor de esta modificación del Plan General (PGOU), a la luz del informe favorable de los técnicos municipales y después de que se hayan subsanado diversos errores del documento, algunos denunciados por el PP. Tampoco le han valido al alcalde las declaraciones, desde la sede del PP, a favor de que se convoque una reunión urgente de la Comisión de Urbanismo, el mismo lunes, para que el pleno pueda aprobar la nueva ordenación de los sectores, que pasarían de 4.749 a 6.459 viviendas.
Arahuetes aseguró ayer que en dos ocasiones los concejales del PP le dieron su palabra de que apoyaría el proyecto y, sin embargo, luego no ha sido así.
En abril el PP tumbó el proyecto y llegó a decir, sin pruebas, que había logrado abortar el mayor pelotazo urbanístico del Gobierno Arahuetes, amén de que, en opinión de los populares, no era necesario construir más viviendas en la ciudad. Sin embargo, en una reunión celebrada, hace un mes y medio, entre los técnicos municipales, representantes de los tres grupos políticos y los promotores, los populares expresaron su voluntad de apoyar la modificación urbanística si se subsanaban los errores del documento y que habían detectado los propios técnicos, en un informe de más de 20 folios. Se podía haber aprobado el texto y luego corregirlo antes de su exposición pública, pero el PP defendió que «lo serio» era corregir primero los errores.
Fue el pasado jueves cuando, con un informe ya favorable de los técnicos y tras comprobar éstos que la voluntad favorable del PP se mantenía, el alcalde convocó la Comisión de Urbanismo. Pero los populares anunciaron que se iban a abstener en el dictamen, ante la falta de tiempo suficiente para verificar el nuevo documento. No obstante, dejaron entrever que en el pleno este voto se podría transformar en positivo. Esta actitud enfureció a Arahuetes, que retiró el asunto de la Comisión y, en consecuencia, del pleno.
El mismo viernes, y según relató ayer Arahuetes, el grupo popular le envió dos emisarios para solicitar que convocara una reunión urgente de la Comisión de Urbanismo. La respuesta del alcalde, según sus propias palabras, fue que la petición se hiciera por escrito y reflejando el compromiso de votar a favor. Posteriormente, Postigo acudió a la Alcaldía para intentar entrevistarse con el alcalde, aunque éste, según dijo ayer, no pudo recibirle y a través de su secretaria le comunicó que tenía que presentar la petición por escrito. «No me fío y por eso todos los compromisos que adquiera [el PP] los quiero por escrito, para que luego no haya malas interpretaciones», dijo Arahuetes.
«Quiero una actitud inequívoca, ¿qué es eso de que ahora nos abstenemos y luego ya veremos?, no estoy dispuesto a estos juegos, la política es algo mucho más serio que todo esto», añadió el alcalde, a quien, según apuntó, no le consta que el PP haya presentado su petición por escrito, por lo que la modificación urbanística de las áreas A y B no se debatirá en el pleno de mañana.
Y todo hace indicar que hasta que el PP no presente el escrito el asunto no se debatirá en pleno. «No me valen sus declaraciones en la prensa o en la radio, porque no me fío de ellos, les he dado dos oportunidades y han faltado a su palabra», insistió el alcalde.
«Hablaron del pelotazo urbanístico de Arahuetes, ni les pido ni exijo unas disculpas, solo una actitud inequívoca, por escrito, de que están a favor de esta modificación del Plan General», concluyó.
Las prisas por presión de los promotores
El alcalde interpreta el interés del PP por agilizar la aprobación de los sectores A y B en las «presiones» que están recibiendo los populares por parte de los promotores de los terrenos y del sector de las empresas de construcción segovianas. «Tienen ahora prisa por las presiones que están recibiendo de los promotores, Arahuetes no es el promotor, no tiene ninguna prisa, el interés es de la ciudad, el PP ha paralizado cuatro meses este proyecto, que no vengan ahora de buenos, porque lo paralizaron ellos en abril y además vanagloriándose de haber impedido un pelotazo urbanístico».
Para el alcalde, el PP «está impidiendo el desarrollo de unos terrenos que suponen muchos millones de euros, que suponen oportunidades de empleo para los segovianos, viviendas de protección y para jóvenes, hay cosas con las que no se puede jugar, lo están haciendo muy mal».
