El escopetero de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra acusado de dejar sin ojo a Ester Quintana durante la huelga general del 14 de noviembre de 2012 aseguró ayer que no disparó pelotas de goma en ningún momento durante toda la intervención policial ante los disturbios.
Durante su interrogatorio en la vista que se celebra en la Audiencia de Barcelona, el agente Llorenç B. se negó a contestar a las preguntas de las abogadas de Quintana y, en respuestas a la fiscal y a la defensa, insistió en que lo único que disparó en ese lugar y a esa hora fueron salvas, es decir, tiros sin munición.
El acusado relató que lanzó salvas por orden del subinspector de la unidad —que también se sienta en el banquillo de los acusados— pero dijo que no recordaba exactamente cuántos tiros efectuó. “Yo recuerdo uno. Siempre he dudado entre uno y dos, pero yo recuerdo uno seguro”.
El agente, que viajaba en la furgoneta Dragó 40, explicó que en ese lugar hicieron una intervención rápida de unos 50 segundos, en la que él salió del vehículo con el arma, se sitúo al lado de la furgoneta, hizo uno o dos disparos de salvas y luego encocharon por orden del subinspector.
El subinsector Eduard C. admitió que mandó al escopetero disparar, pero no pelotas de goma sino salvas, desde dentro de la furgoneta, según la versión que ofreció al tribunal, en una declaración en la que también se negó a responder a las preguntas de las abogadas de Quintana. Tanto el escopetero como el subinspector sembraron en sus interrogatorios sospechas sobre los miembros de otra de las tres furgonetas, la 414.
Al término de la sesión de ayer martes, la Fiscalía mantuvo su petición para los dos acusados de dos años de cárcel y cuatro de inhabilitación, mientras que la acusación particular solicita nueve de prisión y otros nueve de inhabilitación. El juicio está previsto que acabe hoy miércoles con la lectura de informes y el derecho de los dos agentes de hacer uso de una última intervención.