Faltaba poco más de un kilómetro y el humo anunciaba incendio. Contador tiraba la rueda delantera a la cuneta, resignado, pensando en una etapa de la Vuelta a Castilla y León, que se le había torcido desde el principio, como el día, como este inicio raro de año, con demasiado ruido a su alrededor. El de Pinto señalaba sus dos cruces y renunció a cualquier esfuerzo extra de cara a la general. Su idilio con la ronda autonómica se acabó en La Laguna de los Peces. Ahí empezó la historia de Bauke Mollema, otra joven perla del Rabobank, nuevo líder de la vuelta, y del italiano Filippo Savini, que fue el vencedor en la montaña de Sanabria.
La etapa no empezó nada bien, para nadie. Una caída en los primeros compases llevó a Miguel Mínguez (Euskaltel), Beñat Urain e Iván Ramiro Pérez al hospital zamorano Virgen de la Concha. El peor parado, el colombiano, que se mantiene ingresado después de sufrir un traumatismo craneoencefálico, con pérdida momentánea del conocimiento y un neumotórax, que es lo que más preocupa. Stef Clement (Rabobank) también se vio involucrado en la caída y aunque tuvo que abandonar la carrera, pudo seguir el resto de la etapa en el coche de su equipo.
El ciclismo no entiende de sentimientos y la carrera continuó con numerosos intentos de fuga hasta que en el kilómetro 18 se formó la escapada buena con siete corredores: Javier Aramendia (Euskaltel), Adrián Palomares (Andalucía Caja Granada), Joaquín Sobrino (Caja Rural), Gianluca Brambilla (Colnago), Rui Sousa y Raúl Alarcón (Barbot). Saxo Bank manejó distancias por detrás que no llegaron a superar los cinco minutos, pero que permitieron al joven alincantino Alarcón coronar El Peñón en primera posición y hacerse con la clasificación final de la montaña.
El martirio empezaba por detrás para Contador. El exigente puerto se subió a un ritmo frenético pero un inoportuno pinchazo del madrileño hizo que tuviera que exigirse demasiado para cazar por detrás. Antón, inquieto durante todo el día, se había metido en un corte que caminaba con 40 segundos de ventaja en la cima del puerto con respecto al ciclista del Saxo Bank.
Porte y Jesús Hernández, que se habían quedado, sumaron esfuerzos y al final del descenso del puerto ya arropaban de nuevo a su jefe de filas para, poco después, llevar a la normalidad la etapa con un grupo compacto de unas treinta unidades.
Pero la tranquilidad duró muy poco y nada más comenzar La Laguna de los Peces, Cioni (Sky), Salagter (Rabobank) e Infantino (EMP) buscaban sorprender desde lejos. El ciclista colombiano no aguantó el fuerte ritmo y se quedó poco después dejando al dueto en cabeza que comenzaba a abrir hueco con respecto al grupo en el que viajaba Contador.
La carrera se tomó un respiro. Jesús Hernández le marcaba el ritmo al de Pinto, hasta que a falta de tres kilómetros se sucedieron los ataques. El primero en probarlo fue Savini (Colnago) que llegó pronto al dueto cabecero. Contador pinchaba poco antes de la pancarte del último kilómetro. Otra vez, esta vez la rueda delantera. Esperó al coche, miró su medidor y pronto se dio cuenta que para él la etapa y la general de la Vuelta eran utopía.
Se habría una nueva historia y allí emergió el joven holandés Mollema, que supo responder al ataque de Tondo, Pozzovivo y Antón para entrar siete segundos después de Savini, que se llevaba la etapa, para hacerse con el liderato de la carrera.
La contrarreloj. La contrarreloj de mañana, en Zamora, despejará hipótesis. Con Contador fuera de la lucha por la general, entró a casi tres minutos del vencedor de etapa, los candidatos a la victoria final se reducen. Por prestaciones en la lucha contra el crono, Mollema es un serio aspirante -viene de hacer noveno en París-Niza y décimo en la Volta a Cataluña-, como también lo es Tondo (Movistar). Menos posibilidades tiene Antón, que se defiende peor en esta disciplina, aunque solo esté a tres segundos. El ramillete de especulaciones también alcanza a Pozzovivo, que se le ha visto muy fuerte, Coppel, Cioni… Mañana, los once kilómetros por las calles de Zamora, despejarán dudas.