La Sala Capitular de la iglesia románica de San Justo volvió un año más a congregar a la curia segoviana en torno a la Fiesta Pascual del Colegio de Abogados. Precisamente uno de sus miembros más destacados, el abogado José Antonio Sanz Castillo, ex decano de los letrados segovianos, recibió de manos del presidente de la Audiencia Provincial, Andrés Palomo, la Cruz de San Raimundo de Peñafort en su categoría de Distinguida de Primera Clase, por los servicios prestados en el ámbito de la Justicia.
Sanz Castillo agradeció el respaldo de sus compañeros en una jornada muy especial para él, ya que, como recordó el actual decano del Colegio de Abogados, Julio Sanz Orejudo, fueron los abogados segovianos quienes en su momento solicitaron al Ministerio de Justicia este reconocimiento por su dilatada carrera y dedicación a la vida colegial.
Sanz Orejudo destacó que han sido casi cuatro décadas de compromiso con el Colegio, ya que el homenajeado entró a formar parte de su junta de Gobierno en 1973, diez años después de colegiarse. “Fue un decano de su tiempo que ha servido a la transición a los nuevos tiempos con entrega y generosidad y siendo conocedor de que la Abogacía del nuevo siglo requería de nuevos esfuerzos; en este sentido abrió el camino para un cambio con normalidad y lo resalto porque en otros casos hay quien se agarra a los cargos”, añadió el actual decano.
José Antonio Sanz presidió el Colegio de Segovia hasta el mes de diciembre de 2007, y en ese momento llevaba cinco años desempeñando el cargo.
Ha sido reconocido con la Cruz Distinguida de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort por una orden ministerial del pasado 6 de diciembre, después de que a la propuesta del Colegio de Segovia se adhirieran todos los colegios de abogados de Castilla y León, así como el de Madrid, el Consejo de la Abogacía de la Comunidad, el Consejo General de la Abogacía Española y el Ministerio Fiscal de Segovia.
En cuanto a la Fiesta Pascual del Colegio, que presidió el máximo representante del Consejo que agrupa a los colegios de abogados de Castilla y León, Fernando García-Delgado, fue un acto formalmente revestido de la solemnidad y la estética de la Abogacía, cuyo símbolo por excelencia es la toga.
Sanz Orejudo explicó a EL ADELANTADO horas antes que “la Abogacía se manifiesta de forma sencilla pero muy sincera, y rinde un homenaje al trabajo de los compañeros que llevan tantos años en el ejercicio en una profesión tan vieja como noble y tan difícil como no exenta de conflictos permanentes”. La Fiesta Pascual es el momento en el que el Colegio segoviano distingue a los abogados que cumplen 50 y 25 años de colegiación que, en opinión de Sanz Orejudo, “representan la madurez de la profesión y en ese sentido realizan su trabajo de forma vocacional y contribuyen a la realización de la Justicia con su experiencia y sus conocimientos”.
Por otro lado, antes de este acto, el Consejo de la Abogacía de Castilla y León celebró en Segovia una reunión en la que se aprobó elevar una propuesta al Consejo General de la Abogacía de España para que los letrados de la Comunidad tengan libertad de movimiento en su ejercicio profesional dentro del territorio autonómico.
En palabras de García-Delgado “hoy cualquier abogado de Valladolid que quiera actuar en Segovia o uno de Segovia que quiere actuar en Zamora… tiene que cumplir un trámite, una comunicación previa al otro colegio, que es una especie de autorización para ejercer en una provincia diferente a aquella en la que está colegiado. Lo que queremos es suprimirlo y queda pendiente de la aprobación definitiva por el Consejo General de la Abogacía”.