El abogado defensor de Jonathan Moya —José Ramón Cantalejo— reconoció en la última sesión de la vista oral con jurado popular que su cliente cometió el homicidio de la bebé onubense de 16 meses Míriam, pero aseguró que no tenía “intención alguna de matarla” y que fue consecuencia de una “concatenación de circunstancias desgraciadas, que juntas todas ellas, llevaron a la muerte de una pobre niña”.
“Jonathan Moya no tenía, en conciencia, voluntad de matar. De verdad, ese ánimo no existe. Con los golpes en la cabeza no la mató, quedó viva pero él no tuvo conocimiento de eso. Es un mentiroso compulsivo, sí, pero su comportamiento fue el de quien quiere salir como pueda de algo que no quería que pasara. Fue una huida hacía delante, estaba escapando del problema”, aseguró el letrado José Ramón Cantalejo, quien previamente había modificado su escrito de defensa para incluir el delito de homicidio, por el que interesaba diez años de prisión que se sumaban a los cinco años por detención ilegal.
Por su parte, el fiscal trasladó en su alegato, tras elevar a definitivo su escrito en el que solicitaba penas que suman 26 años de cárcel, que Jonathan Moya raptó y asesinó a golpes en diciembre de 2012 a la bebé de forma “fría y planeada” y que, además, se aseguró de su muerte con alevosía. En la misma línea, el fiscal aseguró que no había presunción de inocencia ni dudas razonables acerca de la culpabilidad de Moya González, ya que “toda la escena del crimen” conducía al acusado, incluyendo su propia confesión del secuestro previo de la pequeña.
La defensa, por su parte, insistió en sembrar la duda con respecto al amigo del único procesado, Raúl R.F., cuya supuesta relación con los hechos no pudo solucionarse. “A lo mejor estamos hablando del asesinato perfecto y el tontaina es Jonathan porque nadie ni nada nos ha dicho que Raúl no estuviese allí. Imagínense que estuvo, completó la faena y se va de rositas. Ha mentido en que no estuvo en el cortijo, borró mensajes del móvil y su novia no ha estado tan segura de las horas en las que estuvo con él. Hay duda razonable sobre dos personas”, sostuvo el letrado.
Cantalejo, quien pidió al jurado que decidiese en su conciencia, insistió en que la bebé murió como consecuencia de las “malas acciones” de su cliente, quien se apropió de ella sin permiso.
La sesión se cerró con el turno de última palabra del procesado, quien pidió “perdón” a la familia, e insistió en que no era un asesino, en que “no hizo esa barbaridad” y en incriminar a Raúl R.F. “El verdadero asesino está en la calle y si no me hubiera dado la idea de llevarme a la niña para venderla, no estaría aquí. Soy un estafador pero no un asesino. Sólo quería darle un susto a su madre cuando me la lleve”, sentenció el acusado.
