Alrededor de una de cada diez empresas segovianas asegura haber tenido que reducir su plantilla en el último trimestre, según la última encuesta realizada por el Observatorio Socioeconómico de Segovia.
Aunque el clima empresarial se mantiene bajo mínimos, la situación no es tan grave como se esperaba. Aún así, la gran mayoría de las empresas (82,7 por ciento) encuestadas asegura que ha mantenido estable su número de empleados durante los últimos tres meses. Sólo un 6,4 por ciento dice haberla aumentado.
En relación al próximo trimestre, las empresas segovianas pronostican una evolución algo más positiva en la plantilla de las empresas, donde casi todas han mantenido estables sus plantillas.
La encuesta del Observatorio ha pulsado la opinión de 110 empresas, de las que 60 se encuentran en la capital y 50 en la provincia, en concreto en Cuéllar, El Espinar, Cantalejo y La Gran ja.
En la presentación ayer de los resultados participó el director del Observatorio, Juan Antonio Folgado, y los profesores Luis Miguel Delgado y Nélida Arranz. Según sus conclusiones, los empresarios y los consumidores segovianos mantienen su pesimismo sobre la marcha de la economía, aunque sus expectativas no son tan negativas como en la anterior consulta, realizada hace tres meses.
Las cifras indican que el 35,46 por ciento del total del empresariado se muestra optimista. Pero un 30 por ciento espera una reducción de sus ventas. Y un 34,5 cree que se mantendrá estable.
Sobre el nivel medio de inversión, la cifra es superior a lo esperado según las expectativas marcadas en la anterior encuesta, pero sigue habiendo «un clima de pesimismo», en palabras del director del estudio, Luis Miguel Delgado.
En lo que se refiere a los pedidos a proveedores, los resultados han sido más negativos que lo que auguraban las previsiones efectuadas. En términos porcentuales, en el pasado trimestre, más de la mitad aseguraba que los pedidos habían descendido, mientras el 32,7 dijo que se mantuvieron estables, y el 12,7 por ciento indicó que se incrementaron.
De cara a los próximos meses, son más las empresas que prevén que decrecerán las necesidades de realizar nuevos pedidos, que las que vaticinan que aumentarán sus compras: un 33 y un 15 por ciento respectivamente.
