Hace tiempo que Antonio Machado y Serrat popularizaron ‘Españolito’, para explicar que cualquiera quedaría encasillado involuntariamente en una de las dos Españas. Y esa fragmentación ha seguido vigente durante mucho tiempo después de la Guerra Civil.
Tiempo hace también que Julián de Antonio extiende esa división ideológica, a una más real y territorial, la rural y la urbana. Y todo consigue engarzarlo con el urbanismo. No exagera desde cuando nos descubrió que hasta el fútbol es capaz de decidir el ‘skyline’ de Madrid, con esbeltas torres para poder pagar a los galácticos. Para este segoviano que, como la mayoría, emigró a Madrid, el urbanismo “lo es todo”. Reconoce su obsesión por esta doctrina a la que se ha dedicado durante más de 40 años profesionalmente.
Autor de numerosos ensayos sobre urbanismo, fue responsable de esa documentación en el Ayuntamiento de Madrid. Ya jubilado sigue escribiendo, pero de forma menos técnica, y ha llevado la materia a varios libros de relatos, donde deja caer su otra pasión: el medio ambiente también condicionado por el urbanismo y viceversa.
En este último año, fruto del confinamiento, Julián de Antonio ha sacado a la luz dos nuevos libros, que enriquecen la serie ‘Cantos de piedra y agua’. ‘Charlando como solíamos’ y ‘Los caciques de Villahonda’ retoman el mismo formato de los anteriores, con relatos amenos, de fácil lectura y entretenidos. En todos impera el lenguaje bien cuidado y se deja entrever el amor por la Naturaleza, por el mundo rural y la vida en armonía con el entorno. No faltan las referencias a su tierra de origen, la Villa y Tierra de Pedraza, sus ríos y diversos parajes.
Destaca la riqueza del vocabulario tradicional y las continuas referencias a la actualidad política y ambiental. De hecho, la evolución de la Declaración de la Sierra de Guadarrama como Parque Nacional ocupa una buena parte. El último libro, ‘Los caciques de Villahonda’, lo prologa el profesor de Geografía José María de la Riva, quien fuera también portavoz en el Ayuntamiento de Madrid con Enrique Tierno Galván y Juan Barranco, como alcaldes. Es decir, otro experto urbanista.
De la Riva recuerda que el autor, Julián de Antonio, se anticipa más de 30 años con sus propuestas, al revolucionario cambio que se avecina en los espacios residenciales, impulsados por la pandemia de la Covid.
A todo esto se unen otros atractivos elementos sociopolíticos, como las referencias a la más rabiosa actualidad. Es el caso del debate parlamentario sobre la Ley de la Vivienda; o la presencia, entre sus protagonistas figurados, de personajes como un político republicano que presumía de vivir con humildad en Vallecas, para trasladarse a un chalé en Galapagar.
