El presidente de la asociación de Turismo Rural y Activo de Segovia, Gerardo Otero, asegura que están viviendo “un junio rarillo”, debido a las restricciones que provocan que la gente no acabe de decidir cómo va a organizar sus vacaciones de verano. Las reservas van más lentas que el año pasado, pero hay confianza en el potencial de su oferta turística, ya que los ciudadanos seguirán buscando destinos cercanos, dentro de España, y mucha tranquilidad y seguridad, que es lo que estos ofrecen.
Otero afirmó que, por estas mismas fechas, en 2020 tenía más reservas tanto para julio como para agosto. “Había como más ganas. Sí que es verdad que la gente no se pudo mover prácticamente hasta julio y este año ya se ha podido en mayo y junio, se ha hecho un poco antes y eso puede que haga que vaya un poco más retrasado”, reflexiona.
El presidente de la asociación se muestra optimista porque “cada vez estamos mejor”, asegura, aunque “todavía vaya un poco lento”. Castilla y León ha pasado a fase 1, lo que significa que se han quitado las restricciones de los alojamientos como casas rurales, viviendas de uso turístico y apartamentos turísticos. Por ello, disponen de todos los aforos autorizados.
Por su parte, los hoteles rurales tienen todavía una limitación del 75% del aforo en las zonas comunes, en restaurantes o salones. Por ejemplo, los albergues tienen esta limitación en las zonas comunes, y en los dormitorios solo pueden estar personas convivientes. Los grupos guiados de turismo activo son 15 (contando con el guía). “No ha cambiado”, subraya Otero.
El sector mira al futuro con nuevas opciones, pero también arrastra la situación anterior, en la que las limitaciones y medidas que ha tenido Castilla y León desde el pasado 9 de mayo, cuando decayó el estado de alarma, y durante buena parte de este mes de junio, ha propiciado que muchos clientes hayan decidido optar por otras comunidades autónomas. “La incertidumbre sobre la duración de estas medidas nos impedía confirmar las reservas. Ante la duda, la gente buscaba en otros sitios”, sostiene Otero.
Los empresarios de este colectivo esperan poder trabajar igual que un año normal, aunque se arranque un poco más tarde. “Estamos a la expectativa de que se empiece a animar”, confían. El verano ya ha comenzado, por lo que esperan que los clientes pongan en la balanza que estos ofrecen unos espacios tranquilos y seguros.
