Los preparativos para el encierro extraordinario de este sábado con motivo de San Miguel se ultiman ya, y con ellos está el bando que ha emitido el Ayuntamiento de Cuéllar. El alcalde de la villa, Carlos Fraile, ha querido dar a conocer las medidas más detalladamente, ya que las circunstancias que envuelven el encierro de este 1 de octubre no son iguales que las de las fiestas de agosto.
Este bando pretende regular el encierro en sí pero, sobre todo, el tramo campestre. La suelta de las reses será a las 8.30 horas y la entrada en el tramo urbano está prevista para las 10.00 horas. El bando recoge la ordenanza municipal y sus normas, y el artículo 6.3 del Reglamento de Festejos Populares de Castilla y León, donde se prohíbe la presencia de vehículos a motor en la zona de recorrido y expansión del encierro, salvo los autorizados. Se han hecho varios apartados, referidos a los caballistas, a los vehículos y a los espectadores.
Donde más hincapié se ha querido hacer y así lo ha explicado el alcalde, es en todo lo referente a los coches que se adentran en el pinar para ver el traslado campestre. El mensaje directo y fundamental es el de que “no se puede circular por las tierras como se ha venido haciendo en las fiestas de agosto; las tierras tienen unos daños importantísimos por la circulación de vehículos a motor fuera de los caminos y a unas velocidades tremendamente excesivas”, ha comentado Fraile. Además, la diferencia sustancial de ahora frente a agosto, es que estas tierras “ya tienen las labores agrícolas muy avanzadas, aradas, algunas sembradas, y en consecuencia, el paso de la manada y caballos no interfiere, pero sí el de vehículos”, ha señalado. Así, ha dejado clara la prohibición de vehículos a motor en todo el recorrido excepto en los corrales para el momento de la suelta, en el paso de Las Máquinas, y en lo alto de El Embudo para ver el paso de la manada a su entrada en Cuéllar. “Todos esos miradores que hay tanto antes de cruzar el túnel como después estarán cortados con vallas, cintas, alpacas y montones de tierra, además de cartelería en la que se prohíbe el paso”; “no queremos interponer ninguna sanción pero todos debemos obedecer esta normativa”, ha especificado el alcalde. Asegura que hay que apelar a la responsabilidad, la conciencia, y a ser consecuentes con los propios agricultores que cuando se ha necesitado, han ayudado: temporales como Filomena o los incendios han contado con su labor indispensable. “Debemos respetar las propiedades privadas y sus labores agrícolas; hay pasos más que suficientes para ver el encierro”, ha concretado el alcalde.
Los cambios llegan con cortes de caminos que ya están señalizados después del paso de la carretera; se cortan llegando hacia el túnel uno. Se pretende evitar los nuevos entraderos que realizan muchos coches obviando cualquier señalización. Otro de los puntos que quedan prohibidos está pasado el primer túnel en el margen izquierdo, que normalmente se ve repleto de espectadores en coche. Se cortará por los dos accesos que van a esa tierra. Lo más probable, y así lo ha confesado Fraile, es que estas medidas se mantengan de cara a la corporación que gobierne en 2023.
Respecto a los caballistas, las medidas son las mismas que en agosto: los vecinos empadronados dotados con chaleco recibirán a los astados a la salida de los corrales. La dirección de campo la compone la misma veintena de caballistas que en los pasados encierros, y el resto de caballistas esperará en la cañada, siendo estos los mismos que se inscribieron para entonces.
El alcalde apela a los espectadores que se ubican en las zonas que son peligrosas y que para todos son conocidas. El Embudo o los corrales son dos de ellas en las que se ruega responsabilidad. “De cinco encierros, hemos tenido susto sin consecuencias en tres”, ha recordado Fraile.
Por otro lado y en este sentido del comportamiento de los espectadores, el alcalde ha querido recordar que los templetes instalados a lo largo del recorrido “son solo para profesionales de los medios de comunicación, están acreditados y portan un pañuelo azul”. Pide que se respete “el trabajo y las acreditaciones”. Afirma que además se va a colocar cartelería para señalizar qué público puede utilizarlos.
El alcalde espera que estas fiestas de San Miguel se desarrollen con toda la normalidad posible, como lo han hecho las de la Virgen del Rosario, y apela a las cuestiones de limpieza y comportamiento cívico con el mobiliario urbano.

