El Colegio Claret de Segovia ha iniciado en Educación Infantil un proceso de transformación de espacios que irá aplicando progresivamente en el resto de cursos hasta llegar a Bachillerato para desarrollar metodologías activas de enseñanza que dan mayor protagonismo al alumno. No son solo obras ni meros cambios arquitectónicos, si no la plasmación del espacio como elemento educador.
En este proyecto pionero, el espacio educa y es reconocido como ‘el tercer profesor’. El niño aprende de sus educadores (primer profesor), pero también de sus compañeros (segundo profesor), a través del trabajo colaborativo, y encuentra en el aula (tercer profesor) un facilitador de su aprendizaje.
Para ello las cuatro aulas de primero del segundo ciclo de Educación Infantil se “han convertido en un espacio multifuncional donde se trabaja el paradigma de las inteligencias múltiples”, explica el director del Colegio Claret de Segovia, Juan José Raya. El director de Educación Infantil, Gonzalo Martínez, añade que el objetivo es que los niños de 3 años no tengan trabas a la hora de experimentar, de manipular y de interactuar con otros compañeros y con los maestros. La misma filosofía se seguirá en otras etapas, adaptada a las características del alumnado, añade Juan José Raya remarcando que “somos los primeros que hacemos esta apuesta en Segovia y el resultado está siendo espectacular”.
En concreto, en Educación Infantil han apostado por un espacio amplio y sin tabiques. La visibilidad, la luz, la apertura ayudan al niño a rebajar su nivel de ansiedad y a interiorizar de manera natural las rutinas, las normas y los hábitos de trabajo. Las maestras comentan que este año el proceso de adaptación de los alumnos de 2 y 3 años a la vida escolar ha sido “mucho más fácil”, y los niños en seguida han ganado autonomía y habilidades sociales.
Aulas abiertas
“Hemos roto con el encasillamiento que supone adscribir a un niño a un solo aula y a un solo profesor”, apunta el director del centro. Los niños tienen su tutor, pero también trabajan con otros profesores de su nivel por lo que la visión del alumno y sus posibilidades de aprendizaje se multiplican.
El mobiliario utilizado es altamente móvil y ofrece varias posibilidades de disposición en el aula. Lo importante es el proyecto y lo que las profesoras programan; el espacio tiene que facilitar su ejecución. “Un niño de Infantil, especialmente de tres o cuatro años,—señala el equipo directivo del centro— necesita espacios amplios donde pueda moverse sin impedimentos, necesita poder decidir dónde quiere trabajar en algunos momentos; creemos que esto educa en la autonomía y en la autorregulación”.
A la hora de diseñar el interior, el modelo de las ‘inteligencias múltiples’ está reflejado en lo que el equipo del Claret llama “espacios de aprendizaje”. Se emplean cuando trabajan las cuatro aulas a la vez, que son los momentos de máxima interacción y máxima flexibilidad. Los alumnos pueden decidir a qué zona van a ir y allí tienen determinados contenidos para trabajar, generalmente en grupos cooperativos.
De acuerdo a la teoría del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011, Howard Gardner, se han habilitado los espacios lingüístico, matemático, naturalista, musical, cinestésico, interpersonal, intrapersonal y visual-espacial. “Este modelo, científicamente contrastado—declara Juan José Raya—, más el diseño de actividades ajustadas a la ‘programación neurolingüística’ nos asegura que estamos atendiendo realmente a la diversidad en las maneras de aprender de todos los alumnos. De esta forma, la inclusión educativa plena y real queda asegurada”. La ‘programación neurolingüística’ considera que hay tres modos fundamentales para entender el mundo y acceder a los aprendizajes; acceso a través de la vista, visuales, a través de la escucha, auditivos, y a través del movimiento, cinestésicos.
Autoevaluación
Si importante es la manera de enseñar, también importante es la manera de evaluar. En el Claret consideran que no sólo la profesora debe conocer bien a sus alumnos, también el propio alumno, a su nivel, debe ser capaz de diagnosticar qué ha aprendido y qué le falta por aprender. “En Infantil damos los primeros pasos en lo que se llama la evaluación de uno mismo, autoevaluación; la evaluación de los demás niños, heteroevaluación; y la evaluación de la profesora, que puede ser ‘sumativa’ o formativa. Creemos que esta concepción es más completa y más justa con lo que el alumno es y con lo que el alumno aprende” manifiesta el director del centro.
El profesorado es la piedra angular de este modelo pedagógico que requiere un gran esfuerzo de coordinación y formación. Juan José Raya asegura que trabajan en equipo tanto entre profesores de un mismo nivel como entre profesores de niveles diferentes. “Trabajamos entre nosotros de la misma manera a cómo queremos que aprendan nuestros alumnos; si nuestros alumnos aprenden de manera diferente, los profesores también somos diferentes en nuestra manera de aprender y de enseñar”, señala el coordinador del centro claretiano asegurando a la vez que tienen “un modelo de referencia a nivel local, provincial y nacional”.
Cambio educativo
El proceso de innovación iniciado en Educación Infantil este curso refleja las primeras manifestaciones de un proceso de reflexión, diseño y aplicación de lo que se ha llamado “el cambio educativo”, en el que el Colegio Claret lleva inmerso seis años. Raya sostiene que desde comienzos de este siglo la forma de educar ha cambiado más que “en los últimos doscientos años”. “Empujado por el gran cambio —añade el claretiano— que se ha producido a nivel social en los últimos tiempos, y también por una manera radicalmente diferente de relacionarse con los contenidos escolares, el mundo de la educación ha emprendido el camino del cambio, de la investigación, de la innovación”.
El Colegio Claret, por el que han pasado miles de segovianos, entiende que la escuela de un pupitre y un alumno ya no es el único modelo y afronta la transformación hacia una pedagogía viva y activa donde la “cultura del pensamiento”, las “inteligencias múltiples” y el “aprendizaje cooperativo” guían su metodología tanto para niños de Educación Infantil hasta jóvenes de Bachillerato. De esta forma, el niño, el adolescente y el joven es el centro y su manera de aprender señala el camino.


