El número de usuarios del servicio público y gratuito de la teleasistencia de la Junta de Castilla y León ha superado los 58.000, una cifra muy superior a los 50.000 beneficiarios que se fijaron como objetivo para finales de 2025. Una herramienta “útil” y “eficaz”, según la Consejería de Familia, que, desde su puesta en marcha, no ha parado de crecer y consolidarse dentro del sistema de Servicios Sociales de la Comunidad, gracias a la atención personalizada, ya que cada usuario cuenta con un profesional de referencia que conoce sus necesidades.
La Junta adjudicó el último contrato único de la teleasistencia para todas las provincias en 2023 a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Serveo y Sanivida, con un presupuesto de 39,8 millones de euros a repartir en tres años y prorrogable hasta los cinco.
La vicepresidenta y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, aprovechó este martes la visita a la sala de operaciones del servicio en Valladolid para subrayar que el servicio facilita que las personas mayores y en situación de dependencia puedan vivir en sus hogares, especialmente en el mundo rural. No en vano, la teleasistencia hace frente a emergencias circunstanciales como caídas, indisposiciones sanitarias y otros accidentes domésticos pero también a situaciones más prolongadas como las relacionadas como la soledad no deseada o el estado mental de la persona.
La versión más moderna está basada en comunicaciones automáticas con dispositivos móviles, sensores de caídas, inactividad o presencia y detectores de humo, gas, monóxido de carbono y fugas de agua e incluso geolocalizadores. “Se van instalando progresivamente por que no todos los usuarios tienen las mismas necesidades”, añadió.
El sistema de comunicaciones consiste en un terminal que se instala en los domicilios, y que al pulsar un botón pone en contacto a la persona con el centro de atención telefónica, que funciona las 24 horas de los 365 días del año. En la actualidad, hay 169 teleoperadores que atienden directamente a los mayores y 128 técnicos coordinadores determinan cómo actuar ante una emergencia.
El servicio se completa con llamadas telefónicas del teleoperador de referencia. “La teleasistencia avanzada permite realizar un seguimiento proactivo de los usuarios”, apuntó Blanco. De este modo, se crea un vínculo de confianza que revierte en una atención más personalizada.
La vicepresidenta puso el ejemplo de la gestión de las citas médicas y el recordatorio de los días que deben acudir a las consultas pero añadió que los profesionales también pueden detectar situaciones complejas de aislamiento, duelo, maltrato, riesgo de suicidio o sobrecarga del cuidador. De esta manera, pueden orientar a los usuarios y a sus familiares, además de derivarlos a los profesionales especializados.
