Tras cinco encuentros consecutivos ligueros sin vencer con dos empates y tres derrotas que habían condenado al Segosala a alejarse de los puestos altos de la clasificación, una tesitura inédita para el conjunto segoviano durante su estancia en la Segunda División, el equipo de Agustín Pérez consiguió reencontrarse con el ansiado triunfo a manos del Ourense en la duodécima fecha doméstica.
Sobre el Pedro Delgado, un Segosala con ganas de redimirse entró al pelito cual huracán volcándose sobre la meta visitante, pero dichas sensaciones con infinitas ocasiones de gol para haberse adelantado en el marcador no logró transformarlo en una ventaja inicial con el equipo gallego aguantando el chaparrón segoviano y que logró mantener el resultado gafas únicamente por falta de acierto rojinegro. Con el paso de los minutos, el ciclón local fue menguando permitiendo al Ourense ir de menos a más creciendo en el partido y que, sin siquiera buscarlo, se encontró con el premio de ponerse por delante en el marcador. La culpable, una acción dudosa con un balón que rebasó la línea de banda, pero que el dúo arbitral no concedió y que, con las jugadoras del Segosala deteniéndose esperando su señalización, acabó con el tanto inicial de Vera cumplido el ecuador del primer período.
Una nueva coyuntura amarga a la que tuvo que hacer frente el equipo de Agustín Pérez que se volcó sobre la portería del Ourense en busca del empate, pero que su falta de ansiedad en la finalización lo llevó a irse con derrota momentánea al paso por vestuarios. Ya tras el reposo, el Segosala recuperó su seña de identidad, agresivo en la presión y con el colmillo afilado encontrando en Claudia Garrido a su mejor aliada. Así y, con tres minutos pasados desde la reanudación, el equipo segoviano redujo distancias en el marcador para, acto seguido y sin cesar su asedio sobre meta gallega, hacer justicia en el marcador y lograr voltear el marcador.
A falta de siete minutos para el final, la remontada obligó al Ourense a dar un paso al frente y con un Segosala que bajó de revoluciones, el conjunto gallego cerca estuvo de poner el empate en el luminoso con hasta dos claras ocasiones de gol que no logró materializar. Una premisa de perdonar a un Segosala que lo aprovechó a las mil maravillas para cerrar el partido. Claudia pasó el testigo a Alba que, a falta de cuatro minutos para el final, llevó la tranquilidad a la parroquia segoviana con el 3-1. Una distancia que obligó a Ourense al juego de cinco con el cronómetro en contra, pero que no surtió efecto con una sólida defensa rojinegra que por medio nuevamente de Alba consiguió cerrar el partido prácticamente sobre la bocina dejando el 4-1 definitivo.
