El mérito que se lleva este Santo no es otro que la coincidencia de su nombre, Silvestre, con el día de celebración de la carrera. Este fue un Papa del siglo IV que murió el 31 de diciembre.
La primera edición data del año 1979, cuando se responsabilizó de llevar la organización el Club Atlético Joaquín Blume, cosa que llevo a cabo hasta el 31 de diciembre de 2011. ¿Qué pasó entonces? Pues que el IMD (Instituto Municipal de Deportes) alegando que había perdido participación popular hizo desaparecer al Blume de su status para prepararla. Realmente parece que fue un problema de subvenciones y su cumplimiento; pero bueno, este que suscribe la columna no va a entrar en materia de razones lícitas o pseudopolíticas. El caso es que no solo retiró la responsabilidad en preparar el evento al CAJ Blume, sino también eliminó la denominación ‘San Silvestre Segoviana’. No tuvo más remedio que cumplir con un imperativo legal, ya que este club la tenía inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual; por tanto, tuvieron que cambiar y la llamaron ‘Carrera de fin de año’. Desde luego, los munícipes del año 2011 no dañaron su cerebro debatiéndose cómo la llamarían.
Han pasado 13 años y en este 2024, en su 34ª edición, revierte al Club que primitivamente había iniciado esa andadura con su nombre; y lo más importante: que vuelve a llamarse como todo el pueblo de calle la conoce: San Silvestre Segoviana; por eso es muy fácil ver ya en nuestras calles a gente entrenando. Si le preguntas a uno: ¡oye majo! ¿Para qué carrera te preparas? Muy ufano y contento te responde: cuál va a ser, la San Silvestre.
