La ‘Reina de las marismas’ dejó ver ayer su esplendor en forma de devoción popular con las cerca de un millar de personas convocadas por la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Segovia para participar en la celebración de su nueva sede, donde la imagen de la virgen será venerada a partir de ahora en la iglesia de San Sebastián.
Con la herida aún abierta de la prohibición del Obispado del traslado procesional de la imagen desde el convento de las Clarisas hasta el citado templo a través del rezo del ‘via lucis’, la familia rociera segoviana se vio arropada no sólo por la Junta de Cofradías de Segovia y por representantes de las cofradías y hermandades de la capital, sino por varias hermandades rocieras procedentes de Toledo, Madrid y varios pueblos como Alcalá de Henares, Pozuelo de Alarcón, Móstoles, Las Rozas o Collado Villalva, y la presencia de la delegada de peregrinaciones de la hermandad de Bruselas (Bélgica).
La presencia de los invitados dejó pequeño el aforo de la iglesia, lo que obligó a muchas personas a seguir el via lucis desde la calle, con la misma devoción pero “con la espina clavada de no poder haberlo hecho tal y como nos hubiera gustado”, según aseguró el presidente de la Hermandad Juan Manuel Ansoleaga.
El rezo fue aderezado con las actuaciones de las bandas de cornetas y tambores de las cofradías titulares de Santa Eulalia, San Lorenzo y San José, así como por el coro rociero de la hermandad segoviana, el coro ‘Brisa fresca’ de Madrid, la Asociación Cultural Folclórica Andrés Laguna y el dúo Michel y Azu, que intercalaron marchas procesionales con el sentimiento del folclore andaluz rociero.
Ansoleaga expresó su satisfacción por el éxito de participación y el “buen sabor de boca” que invitados y participantes se llevaron del acto, que ha valido a la hermandad segoviana no pocas felicitaciones por la organización, pese a no haberse llevado a cabo como estaba previsto inicialmente.
