Ornitólogos de todo el país volverán a reunirse los próximos días 14 y 15 de noviembre para realizar el censo de otoño en el Refugio de Rapaces de Montejo. Entre los participantes, están incluidos los guardas del Refugio y buena parte de los naturalistas que más han estudiado y mejor conocen estos parajes y su fauna.
Como cada año, según explica el presidente del Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza, Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo, se contarán simultáneamente, entre el atardecer del sábado y el amanecer del domingo, por un ornitólogo experto situado enfrente de cada peña, cuántos buitres y otras rapaces pasan la noche en cada sitio, obteniendo también bastantes datos sobre la fauna vertebrada del Refugio y alrededores.
Cada participante realiza el domingo un primer informe provisional de su trabajo. En esta ocasión, debido a la epidemia del coronavirus, se suprime la comida final y se realizan otros cambios para ajustarse a la normativa vigente, de acuerdo con los permisos recibidos.
Hay expectación, sobre todo después de los datos finales de los censos de nidos y pollos de este año, por conocer el avance provisional de los resultados; también de los búhos y otras especies, además de los buitres.
El presidente del Fondo recuerda que en el censo de otoño de 2019, los 83 participantes registraron, al menos, 1.469 buitres leonados. Y el año 2018, la gran sorpresa del censo de otoño fue el ruiseñor coliazul, pájaro de Siberia registrado por primera vez, y fotografiado, en Castilla y León, por el biólogo Xavier Parra Cuenca y otros.
La idea de realizar censos en Montejo surgió en 1983, del profesor José María Martínez Mediano. Así comenzaron los censos colectivos de otoño, en los que ya han participado 816 ornitólogos. Organizados por el Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza, están incluidos en el Programa de Conservación, Seguimiento e Investigación del Parque Natural.
