Tarde de toreo grande en El Espinar. Volvieron las figuras y volvió un tiempo mejor. Hubo ‘peros’ que poner, aunque la provincia necesitaba recuperar el fervor taurino. Fue un festejo caro por la calidad de su contenido, como el recibo de la luz que se viene con este agosto. Julián López ‘El Juli’, José María Manzanares y Román salieron por la puerta grande de la plaza espinariega que fue un cráter. Alguno se encomendaba a Filomena cuando el reloj apuntaba a las 18.30 horas, pero al final la tarde se quedó para hacerse ‘premium’ por un euro más.
Se lidió una ‘matillada’ de outlet. Esta vez tocó los del hierro de Peña de Francia. Saldos de un stock posiblemente de la temporada pasada que parece que todavía tiene salida y no tanto fondo. La presentación fue la acorde para que llegasen las figuras a una plaza de tercera. El envío fue manejable y noble en su conjunto y al quinto, de nombre ‘Derribado’ y lidiado por Manzanares, se le dio la vuelta al ruedo.
A toro pasado, en todos habita un veedor, pero se debieron elegir con el poder que tiene el PSG para fichar al que quiera o como el niño en el patio del colegio que gana al ‘pares o nones’. Un imperativo categórico a la elección del ganado y no de la selección.

Como un adiós de Pau Gasol
Tenía cara de persona mayor: de buena gente. Abrochado de cuerna, bajo y para plaza de tercera fue el toro de Peña de Francia que abrió plaza. Sereno y templado estuvo El Juli a la verónica para mimarlo en el caballo y en banderillas. Lo leyó a golpe de QR. Noble resultó en la muleta del diestro de Velilla, que fue parafina para alargar el trazo del muletazo. Sin tener codicia, sí tuvo repetición y celo y metió la cara con clase. La actuación del Juli fue reconocida por el público de forma unánime con una oreja, como un adiós de Pau Gasol.
Con un punto más de cuello, sin ser ofensivo en las formas, salió el segundo del lote del Juli. Impecable Álvaro Montes en banderillas. El madrileño lo administró para sacar todo su fondo y pegar una exhibición de tandas por ambos pitones. Toro de buena condición, que cayó en unas manos prodigiosas. Del manual de ‘cómo hacer bueno un toro medio’, que firma un tal López Escobar, sacó un repertorio de dos orejas tras finalizar de un espadazo más efectivo que ortodoxo.

Elegancia y más al ceñirse
Castaño, de manos bajas y recogido de pitones fue el primero del lote de Manzanares. Tiró de un aura de plasticidad y elegancia ante otro noble astado, que fue más soso embistiendo pero de potable juego. Destacaron los pases de pecho, en una faena en la que de haberse ceñido más hubiera tenido mayor eco. Remató de un espadazo a recibir y el público que estaba sentado en sobre mercurio rápido se levantó para pedir los trofeos: dos orejas.
Ahora sí. Manzanares se mostró más reunido en su segunda actuación. Fue todo sutileza ante un toro de buena condición, ‘Derribado’, al que se dio la vuelta al ruedo. El astado se sumió en los vuelos de la muleta del alicantino con clase entre tandas de mucho un empaque y un cambio de mano de categoría. Saturación de ‘likes’ con la suerte a recibir y otras dos orejas.

RoMan, ‘fan de ti’
De expresión seria, pero chico fue el tercero de Peña de Francia. Posiblemente el más pequeño de los lidiados en el coso espinariego -incluyendo novillos- en los dos años pandémicos. Le llegaba a mitad del muslo y lo vio asequible para pasárselo por saltilleras en el quite. Además de la presentación, tampoco tuvo chispa y pronto se apagó. Mérito de Román desde que lo recibió a pies juntos con la muleta y en la corta distancia para pasear un trofeo. Sonaba ‘Fan de ti’ de fondo del grupo Sidercars que tocaba después, con la prueba de sonido en el Auditorio ‘Menéndez Pidal’, y alguno, claro, se hizo fan de un torero que, a día de hoy no es figura, pero sí un superhéroe: RoMan.
En su sonrisa cabe una versión no tan anquilosada ni empurada del toreo. Un soplo de aire fresco que casaría con ‘La Resistencia’ de David Broncano. Habló el valenciano en el ruedo. Mañana seguro que sube el pan.
Algo enmorrillado pero en la línea de sus hermanos fue el que cerró plaza. Buen hacer de la cuadrilla del valenciano en banderillas y una conexión eléctrica de Román con el público. Inició la faena de muleta de rodillas y después enganchó al toro en pases despaciosos y largos. Repitió el ejemplar de la ‘casa Matilla’ ante los la precisión de los toques del torero, que le valió para cortar otras dos orejas ante los pañuelos de sus ya fans.
Ficha
Plaza de toros de El Espinar. Primera de la feria de la Virgen y San Roque. Tres cuartos de lo permitido por la Junta de Castilla y León. Toros de Peña de Francia, justos y desiguales de presentación, pero ‘acordes’ a una plaza de tercera, y manejables. Al quinto, de nombre ‘Derribado’, se le dio la vuelta al ruedo.
Julián López ‘El Juli’, oreja y dos orejas.
José María Manzanares, dos orejas y dos orejas.
Román, oreja y dos orejas.
