Afianzar la cada vez más consolidada presencia del oso pardo en la Cordillera Cantábrica ante el escenario cambiante del cambio climático es el principal objetivo del proyecto LIFE ‘Osos con futuro’, una iniciativa que se desarrolla en ocho zonas de la Red Natura 2000 y que pretende “mejorar la oferta trófica disponible para los 370 ejemplares censados en el país de los osos”, según señaló el presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), Guillermo Palomero. De la mano de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, el proyecto prevé plantar 150.000 árboles frutales y 25.000 castaños injertados en cotas más altas de las habituales, de manera que se asegure el alimento de los plantígrados de cara al invierno.
Durante la jornada, los responsables del proyecto llevaron a cabo las primeras plantaciones de castaños en 55 hectáreas de montes de utilidad pública pertenecientes a la junta vecinal de Anllarinos del Sil, en el municipio berciano de Páramo del Sil. Estos ejemplares de la variedad parede, más resistente al frío, crecerán a una altitud de unos 1.000 metros sobre el nivel del mar, cuando habitualmente la especie prospera entre los 400 y los 800 metros. “El castaño va a adquirir cada vez más importancia en la dieta del oso pardo y el cambio climático podría incluso generar oportunidades para su desarrollo y fructificación en áreas actualmente poco viables y a mayores altitudes”, resumieron.
La importancia de los castaños adquiere especial relieve en escenarios de cambio climático. Las castañas son un fruto seco de alto poder calorífico, un requisito indispensable para que los osos engorden y pasen el invierno. Sin embargo, los sotos de castaños ocupan menos del diez por ciento del área de distribución del oso pardo cantábrico. De este modo, aumentar esta superficie en las áreas oseras y mejorar las masas ya existentes resulta esencial para la conservación de la especie.
De este modo, los osos dispondrán de frutos que sustituyan a su tradicional dieta de arándanos silvestres, un arbusto que ha reducido su producción en los últimos años debido al aumento de las temperaturas, lo que adelanta la floración y expone al arbusto a heladas tardías. Con este mismo objetivo, el proyecto prevé plantar arbustos de especies autóctonas y productoras de fruto que sirvan de alimento al oso, como cerezos, manzanos, arraclanes, mostajos y serbales en 155 hectáreas de terrenos de los municipios de Páramo del Sil y Palacios del Sil.
En un plazo de entre diez y doce años, estos plantones habrán crecido y podrán ofrecer alimento a los plantígrados, explicó la ingeniera de montes de la FOP, María Gómez.
