Ha pasado un tiempo en que en estos comentarios semanales no hago referencia a un tema que desde hace años está en boca de muchos y sobre el que no parece que hay todavía horizontes muy claros y perspectivas muy halagüeñas. Me refiero al proyecto del tan controvertido CAT, es decir, la Ciudad de las Artes y la Tecnología, con la que un día empezaron a soñar algunos dirigentes locales.
Echando mano de los papeles de archivo, aparece que en diciembre de 2004 se firmó un convenio entre los entonces ministro de Industria, José Montilla, y alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, anunciándose una inversión de 18 millones de euros y la posibilidad de crear nada menos que 1.200 puestos de trabajo. Nadie se echó las manos a la cabeza ante estas circunstancias…y la cosa se puso en marcha, pensando que el CAT estaría ya en funcionamiento para cuando Segovia fuera elegida, en 2016, Capital Europea de la Cultura.
Desde aquellos momentos que produjeron euforia a algunos (y las naturales suspicacias a otros), han ocurrido muchas cosas que el amigo lector conoce bien, pues en torno al tema se han venido publicando frecuentes informaciones en direcciones muy diversas y casi siempre produciendo controversia.
Lo cierto es que no dejó de sorprender la presentación de la maqueta del proyecto, porque en ella se contemplan un palacio de congresos, una residencia, un restaurante, tres edificios de emprendedores, centro del conocimiento, un museo, un centro de ocio, un edificio I+D+I y una central energética. Vamos, un complejo casi para “asustar” y que parece que nuestros dirigentes —ni a escalas superiores— pensaron si Segovia sería capaz de alcanzar a ver finalizado y en marcha todo ese proyecto.
Sucesivamente, a medida que pasaban los años y la luz no llegaba por completo, se venía hablando de nuevos presupuestos, por lo que en estos momentos ya no sé por dónde van las cifras millonarias, pues parece que ahora se descubren cosas que se denuncia que son anormales y se discute constantemente en los plenos sobre la “necesidad” de destinar más millones para conseguir la finalización de la obra.
Está próxima a acabar la presente legislatura y nada parece todavía encaminado a conseguir el término de la obra emprendida. Las discusiones, los tira y afloja y los dimes y diretes continuarán, mientras que la ciudad sigue necesitada de otras cosas más importantes ahora (es posible que también el CAT lo sea un día) para que la vida de los ciudadanos sea lo más cómoda posible. Empezar a mencionar o recordar en este momento esas imperiosas necesidades de la ciudad es inútil, porque están en la mente de todos los que amamos Segovia y la sufrimos y vivimos con resignación y con la esperanza de ir consiguiendo lo mejor para ella (y para nosotros, claro está) a la mayor rapidez posible.
Así están las cosas, mientras quedan aparcadas otras con las que el Ecxmo. no quiere “enredarse”; por ejemplo, la “cuestión” de Las Canonjías, que sigue pendiente desde hace cinco años pero, por lo que sea (y uno se puede imaginar algunas cosas), se está dando la sensación de que “el asunto” se le ha atragantado al equipo municipal, y como la barriada no debe tener mucho peso a la hora de las elecciones, pues “lo vamos dejando para más adelante”. Pero estas cuestiones no se ponen de relieve a la hora de hacer balance de una gestión. Ejemplo, transparencia y claridad municipales.
