En el mundo del deporte, apostar por proyectos nuevos y arriesgados siempre requiere paciencia. Balonmano Nava lo sabía bien. Tras un inicio de temporada gris, marcado por un equipo renovado y joven que aún no veía recompensado su esfuerzo, el conjunto navero logró reencontrarse con la ansiada victoria este pasado fin de semana frente a un siempre exigente REBI Cuenca.
El triunfo, que llegó en un partido complicado y lleno de tensión, puede convertirse en un punto de inflexión para un equipo que, pese a que los resultados le estaban dando la espalda, nunca dejó de trabajar. La segunda mitad obligó a Balonmano Nava a remar contracorriente ante un inicio gris, pero la respuesta del equipo, con una gran actuación coral y el apoyo incondicional de los Guerreros Naveros, fue decisiva para romper la dinámica negativa. Como máximo protagonista, Mateus Buda firmó una última parada antológica que selló un triunfo que devuelve al equipo navero la confianza.
Con esta victoria, el conjunto navero dice adiós a una racha de cuatro derrotas consecutivas y suma cuatro puntos, pendientes aún del encuentro aplazado frente a Ademar. “No hemos tenido un buen inicio, pero el camino espinoso que hemos recorrido puede darnos la luz que buscamos. Esta victoria ante un señor equipo como REBI Cuenca tiene un valor especial. Ver contenta a nuestra afición es una alegría enorme”, confesó Senovilla tras el encuentro.
Sobre el vestuario y la importancia del triunfo, el técnico del conjunto navero añadió que “el trabajo que hacemos en los entrenamientos no se estaba plasmando en los partidos, y hoy nos hemos acercado a ese nivel. Estoy agradecido a mis jugadores. Esta victoria nos va a ayudar mucho. Necesitábamos ganar, pero también ese tiempo y pagar ese peaje de un proyecto arriesgado”.
De esta manera, un Balonmano Nava con aún mucho camino por recorrer y la moral por las nubes tratará de dar continuidad a su dulce momento en un nuevo compromiso, este mismo viernes, en el que recibirá en el Guerreros Naveros la visita de Bada Huesca.
