“Cuando yo llegué me encontré con un enorme problemón y que ahora ha dejado de serlo” dijo Sánchez el miércoles desde Bali, refiriéndose al intento de secesión catalana y a la deriva de Cataluña.
Ahora somos los españoles los que tenemos un gran problemón y que lejos de dejar de serlo, cada día crece más y más, porque los problemas, no se solucionan dando de comer todo lo que desea el presunto hambriento y peor aún, a costa de los demás.
España tiene un Gobierno socialcomunista que tiene el poder, pero la responsabilidad sólo cuando le interesa. Son los autores, pero cuando sus desmanes se les vuelven en contra, la culpa y la responsabilidad la cargan sobre los demás. Esto ya pasó con el Indulto a los golpistas catalanes y está pasando con la reforma del delito de sedición, malversación y de la Ley del “Sólo sí es sí”. Ellos lo reforman, lo cambian, lo aprueban pero no son responsables. De la concesión del indulto la culpa la tuvo el PP por el problemón que dejó, y sólo Sánchez, dando de comer al sediento hasta la saciedad, ha conseguido que la convivencia en Cataluña sea una nueva realidad. Con la sedición y la malversación aprobará este año los PGE 2023, pero la culpa será de nuevo del PP por no haber atendido convenientemente las exigencias de los que quieren romper España. Y de la ley del sí es sí, que salió del ministerio de Irene Montero, fue aprobada por los ministerios de Justicia y de Interior (ambos del PSOE), aprobada por el Consejo de Ministros, Sánchez incluido, y votada y aprobada en el Congreso por PSOE,UP, PNV, Cs, Esquerra y Bildu, y ahora la culpa la tienen los jueces. Mientras tanto, unos y otros del Gobierno y de sus socios, mienten, manipulan sus propias palabras, engañan, ocultan informes y en otros casos, ni los piden para saltarse todo lo prescrito legalmente.
De la pandemia, con un número de fallecidos como en ningún otro país y una crisis económica de la que aún no hemos salido,-a diferencia del resto de países de la UE-, la subida de precios de los alimentos básicos de la cesta de la compra de hasta 43 % a mes de octubre, el aumento de la pobreza hasta en casi 8 millones de hogares de España, del coste de la hipoteca de la vivienda de 4 millones de españoles que no podrán asumir, el gas, la luz, el regreso de Junqueras y Puigdemont a la vida pública como si tal cosa, el indulto encubierto de Griñán, de la ejecución de tan sólo el 18 % de los Fondos Europeos y del mayor endeudamiento público que jamás se haya dado en España, la culpa será del PP o de Putin.
Hay veces en la vida que la realidad supera a la ficción y hay personajes, que arropados del poder caen en el absolutismo y la dictadura, amparados por el supuesto respaldo de los votos. La codicia desmesurada hace derrumbarse la lealtad, lo que lleva inexorablemente a la traición. “La codicia y el poder, hacen que el hombre rompa su fidelidad y traicione a los suyos, como leemos en el Libro de los doce sabios: “donde hay mucha codicia no puede haber amor, ni fe, ni lealtad”. Estos desleales son conscientes de su traición a la ley y, para ocultar su vergüenza, suelen poner en marcha una maquinaria propagandística en la que se invierten los términos, disfrazando la deslealtad como tolerancia y equiparando la lealtad con la intransigencia. El resultado es una atmósfera social en la que la corriente lleva a aceptar la falta de respeto a la ley como algo socialmente positivo y prestigioso. “Este es el verdadero problemón señor Sánchez”.
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(*) Diputado del PP por Segovia.
