Como estaba previsto, el viernes 28 de julio se celebró el Pleno municipal. Según información publicada en la web del Ayuntamiento, los portavoces de los grupos políticos debatieron un total de 18 asuntos. A lo largo de los primeros catorce la sesión se desarrolló sin grandes enfrentamientos. En el capítulo de mociones la primera fue presentada por el Grupo Mixto formado por Ciudadanos y Podemos (ahora actualizado bajo el nombre de Segovia en Marcha). Ambos portavoces hicieron uso de la palabra distribuyéndose el tiempo asignado. Su propuesta conjunta consistía en pedir la formación de una Comisión para renovar el Reglamento Orgánico del Ayuntamiento. Para ser adaptado a la “realidad social y política”, según expuso el portavoz de Podemos. En realidad, la sociedad y sobre todo la política es variable como los meses del año. A falta de un argumento mejor aceptaron todos los grupos. Dentro de la propuesta se reclamaba la modificación del Grupo Mixto. Pues la normativa y el resultado de las últimas elecciones municipales del 28 M han incluido en el mismo grupo a una izquierda extrema y al centrismo declinante. Toda la cámara acordó la formación de una Comisión que estudie la actualización del Reglamento Orgánico que data de 2013. En este punto del debate, el alcalde lamentó que después de diez años, la corporación anterior no lo hubiera hecho. Bien es verdad que tampoco lo sugirió la oposición de entonces a pesar de que asistía a las Juntas de Gobierno, con voz y sin voto.
Las siguientes mociones (números 16 y 17) dieron motivo a broncos enfrentamientos entre la mayoría de los portavoces de la oposición. El tema se había debatido en el Pleno anterior. O sea, que fue más de lo mismo. Pero, ahora por duplicado, y en tono menos amistoso y faltón. En algunos casos, las descalificaciones personales ponían de manifiesto el enfado de algunos portavoces. Entre ellos, la enojada señora portavoz de Ciudadanos se despachó con calificativos inapropiados (o sea insultantes, para ser exacto). Tampoco estuvo muy amable el locuaz portavoz de Podemos visiblemente irritado que arremetió contra Vox; falto de razones, se refugió en la ofensa. Siendo replicado por el portavoz de Vox con corrección política y razones históricas.
Ambas mociones números 16 y 17, fueron presentadas por los grupos de IU y el PSOE, respectivamente. Según el texto de los socialistas, se quería: “instar al Alcalde a que decrete la participación de los portavoces de todos los grupos con representación municipal, con voz y sin voto, en la Junta de Gobierno Local de este Ayuntamiento”. Ya se ha dicho que la cuestión había sido debatida en el pleno anterior y fue motivo de discusión y comentarios variados por parte de la opinión pública. Lo mismo que en la sesión anterior, la réplica del equipo de gobierno por boca de su portavoz, insiste en que: es potestativo del alcalde invitar a los portavoces de la oposición a las sesiones de la Junta. Es una decisión que innova la forma de gobernar. Cumpliendo así lo prometido en el discurso de investidura de realizar algunos cambios en el Ayuntamiento.
Mantener una posición legítima es signo de firmeza. Los grupos socialistas, grupo Mixto e IU han mantenido su propuesta y la han reiterado hasta el aburrimiento. Supliendo las razones con una combinación de adjetivos poco gratos. Es tradición de la izquierda tratar de imponer sus visiones ideológicas. No le gusta que le lleven la contraria. ¿No sería más sensato analizar la nueva fórmula de gobierno y comprobar si es más eficaz que la anterior o no? ¿Acaso no prometió el alcalde que haría cambios en el Ayuntamiento? ¿No tiene derecho a ello? ¿No tiene la oposición cauces de información, de debate y de recusación, si fuera necesaria? Es habitual conceder cien días de confianza a un nuevo gobierno que se estrena en sus funciones, antes de pasar al “ataque”. Éste lleva cuarenta días. ¡Sosegaos! Habría que pedir a una oposición encrespada y con ánimos de conseguir una sociedad mejor. Suponemos.
