El congreso ‘Conservar, rehabilitar y restaurar el patrimonio monástico: por qué, para qué y cómo’, que desde el miércoles celebra la Fundación Silos en el convento de San Francisco, convierte durante dos días a Santo Domingo de Silos en un “centro de reflexión” sobre el pasado, el presente y el futuro de estos edificios. Expertos del ámbito público y privado dieron a conocer medidas y propuestas que permitirán conservar y mantener el patrimonio monástico vivo, así como aquellas medidas de carácter cultural, económico y hostelero que se pueden poner en marcha una vez las comunidades religiosas abandonan estos edificios.
El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Burgos y director del congreso, René Payo, realiza una valoración “muy positiva” de este congreso, que durante dos jornadas reunió a más de medio centenar de asistentes y expertos en patrimonio monástico que expusieron algunos casos de éxito en la provincia.
La jornada de ayer se centró en tres aspectos: por qué debe conservarse el patrimonio monástico, para qué debe hacerse y cómo ejecutar esta acción. Durante el primer bloque de la jornada se abordó la importancia de mantener los valores y la integridad de estos lugares, así como las razones y justificaciones para la conservación y rehabilitación del patrimonio monástico. Para ello, se consideraron los aspectos históricos, culturales, sociales, religiosos, económicos y turísticos de estos edificios.
El segundo bloque de la jornada exploró las oportunidades y usos alternativos compatibles con el patrimonio monástico restaurado, más allá de su función original, mientras que en el tercer bloque, e examinaron las técnicas y metodologías utilizadas en la restauración y rehabilitación del patrimonio monástico, destacando las buenas prácticas y los enfoques contemporáneos.
De esta forma, se habló de la reutilización de los monasterios como espacios culturales, educativos o comunitarios; así como el impacto que puede tener la recuperación del patrimonio monástico en el desarrollo del entorno en el que se encuentra ubicado. En esta línea, los expertos hablaron también del “papel” del patrimonio monástico en la promoción del diálogo interreligioso y la convivencia pacífica. Pàyo explica que el mantenimiento por parte de las comunidades religiosas de estos gigantescos edificios es uno de los problemas a los que se enfrentan en la actualidad.
