—Llevan unos días de programación especial por el Día de los Museos. ¿Cómo está siendo la participación y la recepción de la gente?
— Superpositiva. La primera actividad que se hizo estaba programada en colaboración con los Amigos del Patrimonio y fue una conferencia sobre el Monasterio de El Parral y la figura de Enrique IV impartida por Antonio Ruiz y el aforo se desbordó. Antonio es el cronista de la ciudad, con una sabiduría extraordinaria y era evidente que iba a llenar la sala.
El martes hicimos un concierto de campanas con Llorenç Barber y Monserrat Palacios en torno a la obra de Fuencisla Francés y tuvimos también una respuesta del público muy buena, a pesar de ser géneros complicados. Se trataba de un concierto performance y aunque no es algo nuevo, el público no está acostumbrado a esa experiencia y sin embargo la respuesta fue muy buena.
—Han programado actividades para público familiar e infantil. ¿Qué importancia crees que tiene la transmisión del arte a edades tempranas?
— Es fundamental que desde pequeños se vaya acostumbrando a los niños a visitar los museos como lugares no solo de conocimiento sino también de experiencia. Nosotros además de visitas guiadas planteamos visitas taller que consisten en hacer un recorrido breve por las salas del museo hablando de la metodología del artista con un lenguaje muy sencillo para el público infantil, y luego todo lo aprendido en la sala se pone en práctica en el taller de creatividad donde son ellos mismos los que se convierten en artistas. Es fundamental que los niños vengan a los museos y que se quiten esa barrera de que son lugares aburridos.
—¿Cómo es el perfil del público del museo?
— Hay una evolución en el público. Cada vez son más los jóvenes que vienen al museo porque las propuesta son más cercanas a ellos. Sus lecturas son muy diferentes a las de la gente de anteriores generaciones. Hay un público fiel al que se suma cada vez visitantes más jóvenes gracias también a que desde pequeños se les ha traído hasta el museo.
—¿Cómo consiguen hacer el museo atractivo para el público infantil y juvenil?
— Intentamos programar actividades muy dinámicas. También lo hacemos involucrando a la familia porque es una manera de inculcar a los padres que se repita esa acción en otros espacios y que luego, cuando se llegue a casa, se pueda poner en práctica lo aprendido en el museo.
Es importante que los niños vean que hay distintas maneras de mostrar una obra, la clásica que es la pintura bidimensional en la pared y otras como es el caso de Fuencisla Francés en la que hablamos de una instalación porque también interviene el espacio. También se trata de introducir a los niños en esa terminología del arte contemporáneo.

—¿Qué importancia tiene la celebración de este día para espacios culturales como el Museo Esteban Vicente?, ¿qué se busca con esta conmemoración?
— Procuramos que sea una semana grande. El ICOM buscó con la implantación de este día señalar el papel esencial del museo como elemento transformador de la sociedad y cada año piensa en un lema. Desde que termina la edición actual se ponen a trabajar en la siguiente y aplican en torno al lema algunos de los objetivos de desarrollo sostenible y con ello se fomenta esa capacidad que tiene el museo de contribuir a ello.
Hay un gran trabajo en torno a este día y los museos nos hacemos eco de esa importancia. Nos tenemos que creer que el papel del museo es fundamental para la sociedad, por ello no es una actividad cualquiera e intentamos programar actividades que redunden en ese papel transformador.
Hemos dedicado una semana a actividades muy diversas para distinto público porque no todos tenemos los mismos gustos, entonces en función de eso hemos programado concierto, conferencia, talleres familia, luego una acción en vivo con la autora, Fuencisla Francés, el domingo que es el día grande.
—¿Por qué una semana entera de actividades?
— Podíamos habernos limitado solo al 18 de mayo como se ha hecho en otras ocasiones, pero este año hemos querido dedicarle una semana a diferentes acciones para que todo el público de distintas edades y condiciones pueda venir, con el objetivo de abrirnos a la sociedad, siempre lo hacemos, pero más en una semana como esta. Para ello hemos preparado dos visitas guiadas que es una manera de atender a la demanda social para ayudar al público que le cuesta a entender el arte contemporáneo, aunque hay que tener en cuenta que este arte hay que vivirlo y sentirlo.
— El lema de este año es ‘El futuro de los museos en comunidades en constante cambio’, ¿cómo cree que ha evolucionado el Museo Esteban Vicente en estas casi tres décadas de andadura?
— La sociedad cambia muy rápido y es muy difícil ir al ritmo de su evolución. En el caso del Museo Esteban Vicente hemos pasado de programar exposiciones más convencionales, de cuadros y esculturas, a apostar por el videoarte y las instalaciones que ocupan todo el espacio, de tal manera que poco a poco nos enrolamos en esos cambios no solo sociales sino también artísticos.
Introducir este tipo de acciones más experimentales como es el arte sonoro o las performances creo que implica un cambio en la institución, pero que es un cambio no forzado, es natural, porque la sociedad así lo demanda y hemos conseguido implicarnos en ella.
Actualmente la sociedad si reconoce el museo como parte de la ciudad. Aunque es un museo dedicado al artista Esteban Vicente siempre se tuvo claro que no solo se iba a mostrar su obra, sino todos los movimientos que le han influido y todos aquellos que surgen a lo largo de la andadura del museo.
