Volvió la ganadería de Fuente Ymbro y regresó con un toro bravo que puso emoción en la primera plaza del mundo. Una tarde en la que Román Collado, ‘Román’ a secas como se anuncia, acarició la Puerta Grande de Las Ventas tras ‘aguantar’ a una locomotora de embestir que fue el segundo y tras ‘tragar’ al complicado quinto en un esfuerzo titánico. Y es que la sonrisa y la honestidad del toreo se llaman Román, que dio un nuevo paso en su carrera, y ‘Orgulloso’ la bravura de Fuente Ymbro. El mexicano Leo Valadez, por su parte, se jugó la vida como su fuera su última tarde en una actuación cargada de entrega y valor. Con el hombro salido, no pudo salir a lidiar el último de la tarde y fue David Fandila ‘El Fandi’ el que tuvo que dar cuenta a tres ejemplares en una profesional tarde.
Román traía consigo la heroica de su encerrona en Valencia. Un terno azul celeste y azabache, diseñado por Antonio López, con tintes históricos: un homenaje a Manuel Granero, diestro valenciano que perdió la vida en la plaza de Fuente del Berro, en Madrid, en 1922. Desde el hotel venía predispuesto y se vio las caras con un señor toro. Imponente de cara, cornalón y bien hecho, que se empleó en el tercio de varas. Tuvo prontitud en el capote del valenciano y después fue una máquina de embestir. Todo un planeador. En el inicio de muleta se vino largo, casi desde Manuel Becerra, con clase y entrega, y Román anduvo en su sitio: dando espacios, tiempos y con una mano poderosa. Sin estar desarbolado, faltó cierta conexión como consecuencia del viento para redondear una faena de máximas cotas y armar un lío todavía más gordo. La emoción de un toro bravo. Su nombre ‘Orgulloso’. El diestro aguantó a todo un tren en un intenso tramo final, que despachó de un certero y eficaz espadazo para cortar la primera oreja de la feria.
Después, sorteó el toro de más peso y el más alto del encierro, que cumplió en el segundo encuentro con el picador. En banderillas fue prendido César Fernández, sin aparentes consecuencias. Resultó, duro, complicado y violento y, fue a base de verse cogido en varias ocasiones, cuando Román hizo una faena a base de tragar. De esta manera, puso emoción y despertó el interés en el público cuando nadie lo veía. Tras irse con todo con la espada, tuvo que hacer uso del descabello y escuchó dos avisos, quedándose a un paso de la segunda oreja. Esfuerzo titánico.

Valadez o jugarse la vida
Valadez, que con su actuación del año pasado fue el máximo representante de México, volvió a presentar sus credenciales, pese a la reticencia que acostumbra Las Ventas con los mexicanos. Como si México entrara en Eurovisión. Poco le importó al espada hidrocálido, que ya en su primera toma de contacto dejó un importante quite por caleserinas al toro de su compañero. Continuó en la misma dinámica con un ejemplar sin raza, nada fácil, que se mantuvo áspero en prácticamente toda la lidia. Mérito de Valadez, que salió de la plaza vivo de milagro. Fue feamente cogido y quedó prendido de la manoletina y pasó momentos de mucha tensión entre los pitones. Con todo esto, volvió para matar al animal de Fuente Ymbro y se estrelló de frente contra la arboladura del animal como si su pecho fuera un libro y resultó siendo ‘kevlar’. Valadez, una armadura de valor. Tuvo que ser trasladado en UVI móvil al tener salido el hombro y su incorporación fue imposible.

El Fandi, en profesional
Abrió plaza un toro castaño, serio y hondo, que resultó tardo y apenas se empleó en el caballo. El Fandi hizo su aparición en San Isidro con dos chicuelinas, un tanto bruscas para adaptarse al revuelo del viento, pero de mucho ajuste. El granadino, todo un atleta de las banderillas, aprovechó para citar de lejos al animal y ver su recorrido en una exhibición más de poderío físico que de ejecución de la suerte. Comenzó de rodillas con la muleta, pero rápido se tuvo que levantar dada la exigencia del astado. Un inicio en el que apretó en los engaños y desprendió chispa, algo que El Fandi no quiso ver. Aunque no tenía un amplio número de embestidas, el ejemplar de Ricardo Gallardo fue un animal con clase que quería comerse la franela, pero pedía unas manos dominadoras. Justo de raza, terminó por ir a menos el toro y el diestro remató de una desacertada estocada.
De nuevo, El Fandi estuvo cumplidor en el comienzo de su segunda actuación: notables chicuelinas y un vistoso tercio de banderillas. Se mostró más acoplado que en el anterior y con la muleta ligó dos tandas compuestas a un astado con brío. Fue mermando el ejemplar, pero el granadino dio muestras de su oficio para cerrar una decorosa tarde, pese a cobrar un bajonazo. Tuvo que hacerse cargo del último de la tarde, que correspondía a Valadez, un astado de envergadura para una actuación variada y profesional, que sin alcanzar grandes cotas y el granadino evidenció cierta facilidad.
Ficha
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Segunda festejo de la Feria de San Isidro. Casi lleno: 18.497 espectadores. Toros de Fuente Ymbro, serios y bien presentados. Destacó el lidiado en segundo lugar, de nombre ‘Orgulloso’, por su bravura.
David Fandila ‘El Fandi’, silencio (aviso), silencio (aviso) y palmas en el que lidió por Valadez.
Román Collado, oreja (aviso) y vuelta al ruedo (dos avisos).
Leo Valadez, silencio (no pudo continuar la lidia).
