En este nuevo escenario, y ya en los primeros años del siglo XX, el molino de Peñacorbilla, ahora propiedad del señor Pablo Ceballos Celador, un rico tratante y estanquero de la localidad de Cantimpalos, desarrolla en 1903 un proyecto para destinar la fuerza hidráulica del molino harinero a la producción de fluido eléctrico, con destino al alumbrado público y privado en las localidades de Bernardos y Carbonero, instalando una turbina de 38 CV, y desplegando el tendido eléctrico a lo largo del camino viejo entre Carbonero y Bernardos con una longitud de 7250 km y presupuestado en 11.703,90 pts, ampliándose después a Migueláñez y Santa María con nueve km adicionales de tendido eléctrico. Esta fecha puede indicarnos el momento en que la luz eléctrica hace su aparición en Carbonero el Mayor y su barrio de Fuentes. Así lo documenta el Anuario Riera de 1904, donde figura que el alumbrado público se lleva a cabo mediante la electricidad. El proyecto no estuvo exento de dificultades para materializarse y, en octubre de 1904, pierde parte la fianza constituida por no haber iniciado, ni pedido prorroga, para la parte correspondiente al alumbrado de Bernardos y de Miguelañez, y desiste de esta parte del proyecto. Por otro lado, el 30 de junio de 1905, la Dirección General de Obras Públicas autoriza al señor Gobernador para que éste señale un plazo prudencial a D. Pablo Ceballos, concesionario de la línea eléctrica a Carbonero y Santa María de Nieva, para dar cumplimiento a una R.O. promulgada el 6 de junio de 1904.
En este escenario aparece también otra compañía con mucha mayor capitalización, la compañía Electro-Harinera de Bernardos que generaba la energía en la misma zona de del río, bajo la dirección de Emilio Escorial y, en 1905, en el Anuario de la Electricidad figura una compañía eléctrica en Carbonero El Mayor, con el nombre de Grimán y Compañía también bajo la dirección de D. Emilio Escorial, con una potencia de tan solo 14 Kw y que abastece únicamente a Carbonero El Mayor. En la relación de empresas generadoras de electricidad de la provincia de Segovia figura además la de Peñacorbilla, con propiedad de Telesforo Ceballos, hijo del anterior propietario, y dirigida por Manuel Villoria e instalada por la empresa vallisoletana Sebastian Baltaner; opera con corriente alterna con un potencial de distribución de 330 V y una potencia de 480 lámparas (resulta oportuno indicar que en aquellos años, con la incipiente tecnología de generación de electricidad, la potencia de las instalaciones no se media ni en CV ni en watios, sino en función del número de lámpara a las que se podía dar servicio simultáneamente).
En estos años de principio de siglo se fue desplegando la industria de generación y distribución de electricidad, así, en el año 1900 figuran en la provincia de Segovia solamente dos empresas, en la Granja y en Segovia gestionadas por la Unión Electricista Segoviana. En 1902 se suman otras dos empresas instaladas en los municipios de Riaza y Ortigosa del Monte y dos años más tarde se incorporan las fábricas de luz de Cuéllar y Vallelado, la de San Ildefonso y la Turégano, además de la de Peñacorbilla que abastece a Carbonero y Santa María de Nieva.

La actividad industrial en el molino de Peñacorbilla se desarrolla como una sociedad anónima, capitalizada por el accionariado, bajo las siglas de Unión Electro-Industrial S.A. concesionaria de los servicios de alumbrado eléctrico a los municipios de Santa María de Nieva y Carbonero el Mayor. Las instalaciones precisarán de con una constante renovación de los equipos, que era necesariamente aprobada por el accionariado de la sociedad, para atender a la creciente demanda y solventar los problemas de estiaje en el caudal del Eresma. La represa situada en el cauce del Eresma proporcionaba un caudal de 1.220 L de agua por segundo, valor de referencia en la concesión de derechos de explotación. La primera de estas renovaciones consistió en instalar una nueva turbina de tipo francés con palas móviles, construida en Valladolid por la empresa Fundición Gabilondo en el año 1906. Para garantizar el suministro de electricidad, tan precario en aquellos años pioneros en la electrificación de nuestro país, debido a los problemas técnicos y la caída de los acaudales del río en el verano, la junta de accionistas aprueba en 1913 la adquisición de una máquina de vapor, o de gas pobre -más conocido como gasógeno-, para completar el turbinado con las aguas del río. La base contributiva de la empresa en relación a su actividad económica era de 104.358 pts, según los datos recogidos en un BOP del 1918.
Poco tiempo después de la creación de la Empresa, la presidencia del consejo de administración correspondía a Telesforo Ceballos, hijo de su fundador Pablo Ceballos, con sede en la localidad de Santa María de Nieva. En calidad de presidente de la sociedad, tuvo que afrontar un juicio por homicidio imprudente de un guardia civil, que quedó electrocutado al tocar un cable de la línea eléctrica que se había desprendido, siendo condenado en 1909, a dos meses y un día de arresto mayor y a una indemnización de 10.000 pts a la viuda del Guardia Civil.
Años después, en diciembre de 1921, tras el fallecimiento del gerente de la sociedad, y gracias a que el accionariado era mayoritariamente de Carbonero, la sede social se trasladaría a este municipio, en la calle Temeroso número 5. Este nuevo periodo que emprende la sociedad, lo hace bajo el apelativo de Unión Electro-Industrial de Carbonero S.A. figurando como presidente del consejo de administración D. Antonio Cobas, natural de Carbonero el Mayor, donde ejercería de secretario del ayuntamiento durante un largo periodo de tiempo. Cabe suponer que el accionista principal de la empresa era siempre el propietario del molino y como tal era el gerente o presidente del consejo de administración. El cambio de sede iría acompañado de la supresión de la actividad que la empresa mantenía en el molino de Santa María la Real de Nieva, “en atención al mal estado de la línea que conduce la energía eléctrica a dicha villa” y se aprueba reforzar la actividad productiva desde el molino de Peñacorbilla, trasladando allí parte de la maquinaria que se encontraba operativa, y renovando otra parte con nuevos equipos, con el propósito de ampliar el suministro a cualquier empresa que pudiera operar con maquinaria eléctrica. Para ello emprenden una ampliación de capital, el 12 de enero de 1922, emitiendo 75 obligaciones con derecho preferente, por valor de 1000 pts cada una, y sacando a la venta parte de los equipos que ya no utiliza la empresa y así como molino de Santa María. Al año siguiente sería necesario también una reconstrucción de la presa que servía para desviar las aguas hacia el molino y la reparación de las turbinas, también bajo la presidencia de Antonio Cobas.

En aquella época, las pequeñas empresas eléctrica se van reconvirtiendo, ampliando las redes de suministro e incorporando nuevo molinos, en los cuales podía coexistir la actividad harinera con la propia generación de electricidad.
Al parecer, la actividad harinera de Peñacorbilla desparece en el año 1924, cuando la empresa decide vender el instrumental harinero, consistente en una límpia “Belga”, sistema perfeccionado, con rosca, mojadora, del número 2, de marca Rivière. Ese mismo año, el mes de diciembre sería necesario instalar una nueva turbina, por haberse inutilizado la actual, actuación que fue aprobada, ahora bajo la presidencia de Tomás Manso. Este último se mantendría al frente de la gestión en la Unión Electro-Industrial hasta 1930, año en que se produce el relevo en la cúpula de la sociedad, entrando en escena el industrial Mariano Mesa, quien asume la presidencia de la sociedad y traslada la sede a Navas de Oro, por decisión mayoritaria de los accionistas.
Mariano Mesa García era un conocido empresario de Navas de Oro, que continuó la actividad resinera que emprendiera su padre, Bruno Mesa, en esta localidad, continuando con la actividad industrial junto a su hermano Basilio. Ambos, consiguieron expandir la fabricación de colofonia y aguarrás hasta situarse como la primera empresa productora a nivel nacional, con fábricas en Burgos y Navas de oro, explotando la resina en la tierra de Pinares y expandiendo la actividad resinera a pinares de Ávila, Soria y Burgos. En el negocio de la producción de energía eléctrica, su empresa producía la electricidad desde el Molino de la Villa en Bernardos y desde el Molino del Rey, en Moraleja de Coca, desde 1924.

Cuando entra en escena el señor Mesa, en 1923, se convierte en accionista mayoritario de la Unión Electro-Industrial, logrando la presidencia de la sociedad y trasladando la sede a Navas de Oro. Un año después consigue liquidar la Sociedad Anónima comprando todas las acciones de la empresa, expandiendo así su mercado de distribución de energía eléctrica a las poblaciones de Carbonero el Mayor y Santa María de Nieva, entre otros. La producción de energía eléctrica desde el Molino de Peñacorbilla, continuará con el nombre de Unión Electo -Industrial, ya sin las siglas de S. A., según se recoge en el Anuario Industrial y Artístico de España del año 1934, donde figura como industria eléctrica y molinera. En el año 1940 la distribuidora del señor Mesa ya abastecía de energía a 33 núcleos de población repartidos entre las provincias de Segovia, Ávila y Valladolid, y con municipios tan notables como Arévalo y Carbonero. Por aquellos años, el pequeño imperio industrial de los hermanos Mesa daba trabajo a unos 500 obreros en los sectores de la resina, donde alcanzó el 15 % de la producción nacional, el de generación y distribución de electricidad y un aserradero de maderas, donde elaboraba las barricas para contener la resina recogida en los pinares y traviesas para las líneas del ferrocarril.
