Seguramente, si preguntáramos en cualquier entorno por el deportista segoviano más grande de nuestra historia, el 99,9% mencionaría a Perico Delgado. Bueno, vale, pero… ¿y si hablamos del más completo? ¿Del más fuerte, del más ágil, del más rápido, del que más salta…? Y eso que la bici no le gusta, que si no…
Hablo de Jaime Peñas, cinco veces campeón de España de Decathlon en pista cubierta, mundialista en Atenas 97 con su amigo y compañero Javier Benet —aunque una lesión le apartara de acabar la competición— y propietario de una marca de 8.109 puntos en aquel año, que le habría servido para ser campeón de España de la especialidad… ¡los últimos 25 años! Un portento que nunca ha tenido suerte con las lesiones… pero sí con la genética y el talento.
Cuando empezó a hacer deporte, baloncesto o atletismo, era “el hermano pequeño de Peñas”, el excelente base del mítico Imperio de Vicente Ramos. Hoy, con 53 tacos, compite (y asombra) en pruebas internacionales de veteranos y también entrena en las pistas de Claret, donde yo mismo, y los chicos del equipo cadete de baloncesto, nos frotamos los ojos con sus demostraciones. Jaime sabe muchísimo sobre entrenamiento, tanto para élites como para personas con fragilidad y, además, es un tipo divertido y honesto, tanto en la vida, como en la competición, lo que me reafirma en mi consideración del más grande. También por esos sus amigos lo aprecian tanto.
Me sorprende —aunque lo entiendo, porque nunca fue un tipo con excesiva notoriedad— que el Foro Internacional del Deporte de Segovia, que hablará de atletismo el próximo 5 de abril, no lo haya incluido en su lista de invitados. Pero eso no le quita ni un punto a su historia. De hecho, la Asociación de la Prensa lo reconoció en su última Gala del Deporte como merece.
Para mí, lo digo sin dudar, el mejor deportista que ha dado Segovia se llama Jaime Peñas. Y si alguien quiere discutirlo, que se pase un día (por las mañanas a las 7:20 en el pabellón de Claret) a entrenar con él. Ya verán lo que es bueno. Y lo que es Jaime.
