La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, en el marco del sistema de protección a la infancia, registró 1.190 notificaciones por maltrato infantil en Castilla y León durante 2022, un 42,8% más que las contabilizadas en el ejercicio anterior, cuando fueron 833, y casi un 67 por ciento más que en un 2020 marcado por la pandemia de la covid 19 (713).
De ellas, un total de 623 –algo más de la mitad- llevaron aparejada la apertura de un expediente -frente a las 449 de 2021- ante la constancia o sospecha de la existencia de situaciones de riesgo o desamparo vinculadas al ejercicio de los deberes de protección de los menores por parte de sus padres, madres, tutores o guardadores.
Valladolid se situó a la cabeza con 213 notificaciones, de las que 158 generaron una investigación. Le siguió Salamanca con 208 denuncias que derivaron en 135 expedientes.
Por detrás figuraron Burgos (150 y 72); Zamora (148 y 43); Ávila (121 y 52); León (112 y 76); Segovia (95 y 31); Palencia (79 y 31) y Soria (64 y 25).
La violencia ejercida hacia bebés, niños y adolescentes figura como una de las causas que con más frecuencia obliga a la administración a intervenir en una familia y la apertura de expediente conlleva la adopción de medidas que, en los supuestos más graves, pueden llegar a la separación de los menores con sus padres de forma permanente.
Tipos de desprotección
A la negligencia -presente en un 23,8 por ciento de los casos por una alimentación, higiene o vestimenta deficientes y la ausencia de atención a las necesidades o emociones del menor- se suman otros motivos o causas de desprotección.
Entre ellos figuran las agresiones físicas (47,35%) y psíquicas (6,76%), un modelo parental inadecuado (9,41%), el imposible cumplimiento de las obligaciones parentales (4,11%), la renuncia (3,58%), el abandono (2,05%), el abuso sexual (1,47%), la inducción a la delincuencia (0,88%), la explotación laboral (0,29%) y la explotación sexual (0,29%).
Causas
Conflictividad en la pareja, maltrato, encarcelamiento, fallecimiento, pobreza extrema, exclusión social o abandono son algunas de las razones que llevan a muchos menores estar bajo la lupa de la Junta, que terminó 2022 con 2.055 menores protegidos y 1.716 tutelados en toda la Comunidad frente a los 1.882 y 1.566, respectivamente, de un año antes.
“El niño no sabe defenderse ante las agresiones de los adultos, no pide ayuda, esto lo sitúa en una posición vulnerable ante un adulto agresivo o negligente”, aseguran desde la Consejería de Familia, sin olvidar que “los menores que sufren maltrato tienen múltiples problemas en su desarrollo evolutivo, déficits emocionales, conductuales y socio-cognitivos que le imposibilitan un desarrollo adecuado de su personalidad”.
Hasta 390 menores viven en Valladolid bajo la tutela o guarda de la Junta de Castilla y León, un buen número de ellos con familias de acogida y otros tantos en centros residenciales.