El Juzgado de lo Penal número 1 de Segovia ha condenado a un año de cárcel al gestor de la planta de residuos de Fuentepelayo y ha cerrado la instalación, al considerar que su mala gestión, “potencialmente contaminante”, supone un “peligro grave” para el entorno. Según una sentencia remitida por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, el gestor de la empresa Agraman, J.F.C., es responsable de un delito contra el medio ambiente, al haber puesto en peligro el equilibrio de los sistemas naturales tanto de las aguas como del suelo del terreno.
Además de un año de cárcel, según informa Efe, la sentencia impone al empresario una multa de doce meses con una cuota de seis euros al día y la inhabilitación para gestionar residuos durante 18 meses, y a la empresa, otros doce meses de multa y el cierre por dos años, además de la responsabilidad de las tareas de limpieza del terreno.
La jueza ha determinado esta condena al considerar probado que la planta operaba “muy por encima de su capacidad”, por lo que las estructuras de recepción de materia prima de la planta como las balsas de almacenamiento estaban saturadas y las instalaciones, encharcadas.
Tanto en la instalación como en diferentes parcelas de los municipios de Fuentepelayo, Aguilafuente y Zarzuela del Pinar, todas ellos en Segovia, habían sido depositado montones de residuos orgánicos “deficientemente compostados”, que contenían restos de pieles, plumas, caramelos envasados e impurezas forestales. Estos vertidos son los que desataron las quejas y denuncias de los vecinos de la zona a partir de 2009, cuando comenzaron a movilizarse a través de la Plataforma ‘No Más Mierda’ hasta personarse en el juicio celebrado el pasado mes de enero.
