Sabido es que nuestra ciudad, además de contar con ese privilegiado y bien llamado ‘cinturón verde’, dispone también de otros varios jardines, de mayor o menor extensión y de mayor o menor importancia; pero, en definitiva, son agradables ‘manchas verdes’ dentro de la ciudad. Y uno de estos jardines, de personalidad singular, es el que está ‘cambiando la cara’, es decir, que se está transformando prácticamente en su integridad. Es el llamado comúnmente jardín del Alcázar, pero su verdadero y oficial nombre es el de Jardín de la Reina Victoria Eugenia. Lugar que a veces se confunde con el parque de la misma fortaleza situada a los pies de ella y junto a las aguas del rio Eresma, hábitat de los pavos reales.
Las obras en el recinto, bajo la dirección del arquitecto conservador del Alcázar, José Miguel Merino de Cáceres, se iniciaron en los comienzos del pasado 2019, pero ha sido imposible concluirlas el un tiempo previsto inicialmente, y en buena parte ello ha sido debido a los problemas que ha creado, en todos los aspectos, la pandemia que padecemos.
Ya, a estas alturas, cuando en el horizonte se habla de próxima terminación, se puede disfrutar de la nueva estructura
Durante tiempo hubo que abandonar los trabajos y en el momento de su reanudación, ha sido constante la tarea, si bien no muy rápida por la complejidad que ha supuesto la colocación de las centenas de losas de muy diversos tamaños que se han venido colocando, algunas de ellas, en los paseos centrales, con un peso de más de 80 kilos, que hay que mover recurriendo a un pequeño ‘bulldozer’. Pero ya, a estas alturas, cuando en el horizonte se habla de próxima terminación, se puede disfrutar de la nueva estructura, nuevo tratado de todo el amplio jardín, ordenación que ahora se ha realizado de forma simétrica, frente a la anterior dispersión de espacios.
El granito es el principal elemento utilizado, junto al que se ha trabajado en el diseño de zonas ajardinadas, de forma que el espacio en su totalidad es apto para el paseo y solo unos minúsculos espacios se reservan para el posible y necesario en ocasiones aparcamiento de vehículos. Como bien puede observar el paseante que le visite, hay distintas coloraciones en el pavimento, y se ha cuidado en extremo el encaje de cada zona con la aplicación de piezas debidamente recortadas, que se completan con la protección férrea de las zonas ajardinadas.
La conservación de la antigua arboleda se ha referido especialmente a los ejemplares de mayor valor, dado que la antigüedad de otros muchos había venido originando su paulatino envejecimiento, pero el crecimiento de los nuevos árboles pronto pondrá de nuevo el adorno que contribuirá a la atracción general del recinto, que parece no haber recibido una atención especial y concreta desde que en 1910 se colocó, en el centro del espacio, el monumento que dedicado a los héroes del 2 de Mayo de 1808, diseñó nuestro gran escultor Aniceto Marinas.
Con la ejecución de la obra se ha incrustado todo tipo de instalaciones precisas para la atención del jardín y asimismo para asistencias de toda índole a la propia fortaleza, sometida anualmente, como se sabe y recientemente se ha efectuado, a una comprobación detallada de los sistemas de protección contra incendios, que protagoniza el Servicio Municipal Contra Incendios.
Durante los dos años de trabajos, las visitas al recinto han tenido alternativas, abriéndose paulatinamente a medida que avanzaban las tareas. Hoy ya se puede pasear prácticamente por todo el jardín, que no ha dejado de ser visitado, dado que no pocas personas se han interesado por la evolución de las obras.
La compleja obra de remodelación del jardín ha sido costeada, como es conocido, por el precitado Patronato del Alcázar
Como las visitas a la fortaleza tienen ya días de apertura, el jardín empieza a estar frecuentado, especialmente los fines de semana, dado que el turismo, aunque sea todavía escaso, sigue interesado por la visita al interior del Alcázar. Y cabe esperar que de cara a la Semana Santa, en la que será algo más fácil el viaje, se vaya incrementando de forma sensible. Precisamente para estos días, del 1 al 4 de abril, anuncia el Patronato que el monumento podrá visitarse hasta las 20 horas. Anteriormente, del 26 al 31 de marzo, las visitas concluirán a las 18 horas.
La compleja obra de remodelación del jardín ha sido costeada, como es conocido, por el precitado Patronato del Alcázar.
