Aunque era previsible, y ya había sido anunciado desde la Concejalía de Obras, el cierre al tráfico de la calle San Gabriel para iniciar las obras de mejora de su trazado ha complicado considerablemente el tráfico en las principales arterias de la ciudad como son Via Roma y la avenida del Padre Claret. La imposibilidad de emplear la ‘cuesta de la zorra’ para unir ambas vías puso a prueba ayer la paciencia de centenares de conductores que tuvieron que emplear algo más de tiempo de lo habitual para llegar a su trabajo o recoger a sus hijos en el colegio.
Con puntualidad, los operarios de la empresa adjudicataria procedieron sobre las diez de la mañana a instalar vallas para perimetrar las zonas sobre las que se va a trabajar en la vía, así como para señalizar la imposibilidad de acceder a la calle, a excepción de los residentes y el acceso a los garajes.
A medida que avanzaba la jornada, la densidad de vehículos en la zona fue aumentando, y a primera hora de la tarde, los problemas comenzaron a llegar en la avenida del Padre Claret, donde el tráfico se fue enlenteciendo y acumulando sobre todo en el tramo entre las Hermanitas de los Pobres y la rotonda de Dionisio Duque, donde llegó a haber retenciones de consideración al no poder emplear San Gabriel para enlazar con Via Roma en sentido descendente. En la Via Roma, el tráfico fue algo más fluido, pero también la densidad se acumuló tanto a mediodía como a última hora de la tarde.
La Policía Local tuvo que intervenir para regular puntualmente el tráfico en los momentos de mayor congestión de vehículos, circunstancia que muy previsiblemente tendrá que repetirse durante los cerca de cuatro meses que durarán las obras.
Precisamente, dar mayor fluidez al tráfico es el objetivo de esta actuación que se centra en tres zonas de la calle, las dos más próximas a las rotondas (Dionisio Duque-avenida Padre Claret y Melitón Martín-avenida Vía Roma) y la curva central.
El proyecto, con un presupuesto de 90.000 euros, prevé incluir en cada uno de los extremos un carril de entrada a las glorietas, para lo que se demolerá parte de la acera, se acondicionará el terreno contiguo para la nueva y se reconstruirá una pavimentación similar a la actual, tanto en la calzada como en la acera.

En el tramo central se suavizará la curva, para lograrlo se demolerá el pavimento de la derecha sentido bajada, se ejecutará un muro de contención para sujetar el terreno y se ganará el espacio necesario para el nuevo diseño de la curva.
Durante las obras, solo se permitirá el paso a los servicios de emergencia, a los de limpieza y a los vehículos que se dirijan a los garajes y plazas de aparcamiento en superficie, aunque en este último caso será necesario eliminar algunas de ellas para el acopio de material y maquinaria. Los peatones, en el primer tramo, podrán pasar por la acera derecha en sentido ascendente, después deberán seguir los distintos itinerarios marcados para compaginar el tránsito con las obras.
