La villa vive unos días tan intensos como la actividad que se puede ver en sus calles. Es salir por el centro y notar que ha vuelto ese ambiente especial, el de las fiestas, el de ver todo lleno de color y muchas sonrisas por metro cuadrado, las que tanta falta hacían desde hace tiempo, y las que con tanta ansia se esperaban. Desde el viernes Cuéllar lleva siendo un hervidero de gente en toda su zona centro y hasta la Plaza de Toros, ese recorrido que, como el de las reses, los cuellaranos realizan una y otra vez durante estos días para acudir a todas las actividades.
Este domingo de primer encierro sele ser la continuación de una larga noche para la gran mayoría de los jóvenes. En la plaza de La Soledad, los que optaron por orquesta pudieron disfrutar de la Superhollywood, que animó la velada hasta altas horas. Antes, muchos comenzaron la noche bailando la rueda nocturna que organiza la Peña La Plaga y que deja ver las primeras danzas que se repetirán incesantemente durante el resto de días de fiestas. En el descanso de la orquesta esperaba una primera sesión de Summer nights a cargo de varios djs cuellaranos. El público allí presente no dejó de bailar y disfrutar al ritmo que marcaron estos djs. La orquesta se alargó hasta pasadas las cuatro de la mañana, pero no por ello acabó la fiesta: era “Sábado de Toros” y como tal, para los cuellaranos no hay posibilidad de parada. La madrugaba continuaba con los mismos djs en la recién estrenada Plaza de La Soledad, ofreciendo más y más temas para los que aguantaron hasta las ocho de la mañana, cuando comenzaron los preparativos del encierro.
El ambiente en el encierro, ates, durante y después, fue como ese que tanto se ha echado de menos; las dulzainas despertaron a los vecinos, muchos madrugaron o empalmaron la noche para acudir a los corrales del río Cega, y los toros volvieron a pisar campo y adoquín para deleite de los cuellaranos. La rueda precedió estos momentos, a los que sucederían, después, los instantes del almuerzo. No hay encierro sin posterior almuerzo, sobre todo si es “del segador”. Los cuellaranos y los allegados que maracn estos días en el calendario disfrutan de un buen almuerzo antes de hacer el vermú, otra tradición inamovible de Cuéllar. Este lo amenizó el Concurso de Bebedores de Bota de la Peña La Plaga. Alcanzó ayer su XXVIII edición y contó con una alta participación de todos los que quisieron mostrar sus dotes bebiendo un bota, un arte milenario que pocos dominan con el aguante necesario para ser el vencedor. La Peña La Plaga, en este su día -el domingo-, organizó también la amenización del chateo hasta que muchos lo abandonaron para acudir a la Plaza de Toros a ver el festejo.
Cuéllar solo ha hecho que comenzar con su periplo festivo: quedan muchas jornadas de toros, comer, beber, reencontrarse y disfrutar de unos días tan especiales.

