Segovia acogerá en los próximos meses una aceleradora vertical de empresas tecnológicas vinculadas al turismo y el patrimonio, según anunció Augusto Cobos, director general del Instituto para la Competitividad Empresarial de Castilla y León (ICECyL), durante el Desayuno de Trabajo organizado por El Adelantado de Segovia, en el que participaron setenta empresarios de la provincia.
La sede de Zibá Eventos en la capital segoviana fue escenario de un coloquio que reunió a setenta empresarios para escuchar a Augusto Cobos, director general del Instituto para la Competitividad Empresarial de Castilla y León (ICECyL), acompañado por tres protagonistas del tejido productivo local: Paula Quintanilla (Sostenplas), Francisco Terán (Nanotech Solutions) y Alejandro Álvarez (Quevana Foods). El coloquio estuvo moderado por José Manuel de Riva, empresario y miembro consultivo de El Adelantado de Segovia, con su directora, Teresa Herranz, presentando el acto y dando la bienvenida a los representantes institucionales y empresariales.
Las líneas de apoyo se centran en la internacionalización, la digitalización y la sostenibilidad, con modificaciones para simplificar trámites y agilizar pagos
Cobos abrió su intervención con un balance que quiso traducir en cifras claras. El año 2024 supuso para Castilla y León, y también para Segovia, un récord en subvenciones. En la provincia se concedieron 77 ayudas a empresas que supusieron casi 4 millones de euros de apoyo público y una inversión inducida superior a los 12,4 millones. “Cada euro concedido se ha convertido en más de tres euros de inversión”, recalcó, para subrayar el “efecto palanca” de la financiación autonómica sobre la iniciativa privada.
El director del ICECyL enmarcó este comportamiento en una tendencia creciente: de 2019 a 2024 las solicitudes de apoyo en la comunidad aumentaron un 31%, y en el caso de Segovia, un 50%. Esa mayor demanda de respaldo refleja, a su juicio, que “las ayudas funcionan como producto” y que el reto es adaptarlas mejor a las necesidades de las pequeñas y medianas empresas.
Las pymes como prioridad
Uno de los empeños de Cobos fue combatir la percepción de que los grandes grupos industriales son los principales clientes del ICECyL. “Nuestro cliente prioritario es la pyme”, insistió, al explicar que en términos absolutos la gran mayoría de expedientes corresponden a empresas pequeñas o medianas, aunque el volumen de algunas operaciones de gran empresa pueda distorsionar esa imagen.
El ICECyL, recordó, funciona como una “empresa pública de casi 240 trabajadores” cuyo catálogo de productos incluye cuatro líneas principales: ayudas y subvenciones a fondo perdido, productos financieros en colaboración con Iberaval y Sodical, servicios de consultoría especializada y formación en ámbitos concretos. “Mi cliente son las empresas de Castilla y León”, resumió, al defender que la misión de la entidad no es generar competitividad por sí misma, sino facilitar que sean las empresas quienes la desarrollen.
Líneas de apoyo
Cobos detalló tres modificaciones recientes en el funcionamiento de las ayudas:
• Innovación: introducción de costes simplificados que reducen la burocracia, agilizan la verificación de proyectos y permiten acortar los plazos de pago.
• Internacionalización: cambio al sistema de “gastos pagados”, con resoluciones que ya se están abonando en menos de seis meses desde la solicitud.
• Sostenibilidad: subvención de los sellos y certificaciones que cada vez más grandes empresas exigen a sus proveedores.
“Queremos que el coste de esas certificaciones no recaiga en las pymes, sino que lo asuma la Junta”, argumentó.
Además, el director del ICECyL enumeró tres grandes desafíos para las compañías de la comunidad: la internacionalización, la digitalización y la sostenibilidad. Sobre el primer punto, instó a perder el miedo a nuevos mercados: “El que tenga reparo en mirar al sudeste asiático, que empiece por Portugal o Francia, pero hay que salir”, dijo, recordando oportunidades abiertas por acuerdos como el de Mercosur o la necesidad de consolidar la presencia en Estados Unidos.
En digitalización, apuntó a las líneas específicas para empresas rurales que buscan dar un salto básico, así como para aquellas que quieren introducir inteligencia artificial o herramientas de análisis avanzado. Con respecto a la sostenibilidad, reivindicó una visión amplia que abarque desde la economía circular a la gobernanza empresarial.
El desayuno concluyó con la idea de que la competitividad empresarial no depende solo de las subvenciones, sino de un ecosistema donde las empresas innovadoras, la administración autonómica y las instituciones locales trabajen en la misma dirección “Queremos que las empresas vean en nosotros un aliado que simplifica, agiliza y acompaña”, resumió Cobos.
La falta de trabajadores, un problema de todos
El coloquio se animó con las preguntas del público. La más recurrente fue la falta de personal cualificado para cubrir vacantes. Cobos reconoció el problema y puso como ejemplo un programa de becas lanzado en colaboración con universidades, que pretendía insertar a cien posgraduados en empresas con proyectos de investigación o internacionalización. “No hemos cubierto los objetivos porque los alumnos no pedían las becas. Quienes lo hacían eran sobre todo sudamericanos que buscaban ampliar su estancia. Es alucinante”, reconoció.
En el terreno administrativo, los empresarios coincidieron en señalar que las ayudas a internacionalización, justificables a posteriori, han simplificado el trabajo. Para Paula Quintanilla, “nos sale prácticamente gratis internacionalizarnos”; para Álvarez, supone “poder presentar los números exactos y estar seguros antes de entregar la documentación”. Terán, en cambio, puso el acento en los retrasos que a veces generan problemas de liquidez: “El año pasado pasamos un valle de la muerte por justificaciones pendientes”.
También se preguntó por las razones de permanecer en Segovia. Terán defendió la calidad de vida, los menores costes y la cercanía de la administración: “En Madrid nunca habría conocido al director territorial del ICE”. Álvarez, que llegó desde la Sierra de Madrid, destacó la red de apoyo empresarial y el respaldo recibido de instituciones locales.
Proyectos de crecimiento
El desayuno permitió escuchar a tres empresarios segovianos cuyas trayectorias reflejan cómo las ayudas se han materializado en proyectos de crecimiento.
Sostenplas, fundada en 2020 por Paula Quintanilla, nació al detectar la oportunidad de reciclar plásticos mixtos tras su prohibición de exportación a Asia. Hoy es pionera en el tratamiento de residuos procedentes de pequeños electrodomésticos. “Somos una empresa familiar, hemos sido rentables desde el principio y todo lo reinvertimos en el negocio”, relató.
La firma ha desarrollado un proceso de separación de polímeros con el que produce granza directamente utilizable en automoción o aparatos eléctricos. Con sucesivas fases de inversión, apoyadas en líneas del ICECyL, exportan el 80% de su producción y planean abrir una nueva nave en Valverde. “Si no fuera por las ayudas, no estaríamos donde estamos”, reconoció.
Nanotech Solutions, impulsada en 2019 por el investigador Francisco Terán, fabrica instrumentos para medir propiedades magnéticas en nanomateriales, un nicho tecnológico con mercado global. Su primer cliente fue alemán, y desde entonces la internacionalización ha sido constante.
La empresa, con seis empleados, ha duplicado su facturación año tras año y ha participado en convocatorias de innovación, incluida una sobre métodos de diagnóstico del Covid. Terán destacó el valor de haber retenido talento local: “Hemos ofrecido una opción profesional sin salir de la provincia”.
Quevana Foods, liderada por Alejandro Álvarez, surgió de la necesidad personal de encontrar un queso vegano con sabor auténtico. “Lo que empezó como algo casero se convirtió en una necesidad global. En los lineales de leche o yogur hay alternativas vegetales, pero en el queso apenas había”, explicó.
Instalada desde 2020, produce quesos de anacardo con certificación ecológica y ha conseguido paridad de precio con los tradicionales. Exporta el 70% de su producción fuera de España. “Hemos aprovechado los cuatro productos del ICECyL: internacionalización, financiación, asesoramiento y formación. Gracias a ello, estamos en ferias internacionales a coste cero”, subrayó.
