La Gimnástica Segoviana ha alcanzado tal nivel de superioridad en esta primera fase de la competición en el subgrupo B del grupo octavo de la Tercera, que sin llegar al nivel de ‘tirar’ los partidos, los rivales del conjunto azulgrana sí afrontan los duelos ante el líder de la liga con la sensación de pasar la ‘visita al dentista’, buscando minimizar daños antes que correr riesgos tratando de sorprender.
Eso fue lo que le sucedió al Real Burgos, que llegó al campo de La Albuera parapetado en dos líneas situadas en apenas veinte metros de terreno, intentando cerrar todas las vías de penetración al conjunto gimnástico, y con Moreno como solitaria isla en la punta. Fue un trabajo ingrato el del ‘9’ burgalés en La Albuera, porque apenas llegó a tocar el balón y su tímida presión a los centrales de la Segoviana no hizo daño alguno.
Un córner como Dios manda
Manu González puso sobre el terreno de juego a un once perfectamente reconocible, con mucha calidad en el centro del campo tratando de desequilibrar la línea defensiva del Real Burgos con acciones rápidas. Álex Conde apenas tardó un par de minutos en llevar el peligro a la meta defendida por Campos, y en forzar los primeros saques de esquina, que a pesar de toda su preparación, ahora en corto, ahora en largo, no llevaron peligro hasta que en el último de ellos, Rubén se dejó de ‘pijadas’ y colocó el balón en el área pequeña, donde Diego del Castillo comenzó su recital de goles consiguiendo el 1-0 rematando de cabeza con la soledad como compañera.
Y es que fue precisamente la llegada del centrocampista madrileño al área contraria la que desequilibró el partido, porque el Real Burgos no encontró la forma de leer las incorporaciones de Del Castillo al ataque, por lo que el jugador se presentó absolutamente solo en zonas de remate en numerosas ocasiones. Poco después del gol, anotó un segundo tanto tras una gran jugada que elaboraron Conde y Calleja, pero el linier señaló fuera de juego.
El Real Burgos, solo defensa
El gol azulgrana fue un ‘crochet’ de derecha al mentón del Real Burgos, que aguantó el golpe sin inmutarse. Con sus jugadores muy atentos a los cambios de juego para evitar el dos para uno, y sin descomponer el dibujo, los visitantes soportaron las acometidas gimnásticas, e incluso se permitieron el ‘lujo’ de pasar con cinco jugadores la línea del centro del campo superada la media hora de partido, aunque lo más peligroso en su haber llegó tras una cesión de Javi Marcos a Christian, que rompió la bota por un resbalón en el peor momento posible, pero como no había ningún jugador rival en dos kilómetros a la redonda, pudo levantarse sin problemas y mantener la posesión del balón.
La Segoviana pasó por ciertos momentos de aburrimiento en su juego mediada la media hora de encuentro, con algunos errores en los envíos, hasta que en una jugada por la banda izquierda, Javi Borrego envió a Diego Gómez, que remató de primeras haciendo lucirse a Campos. El balón le cayó a Del Castillo, que volvía a pasar por allí como quien no quiere la cosa para hacer el 2-0 antes del descanso.
«El equipo visitante solo quiso defender esperando que el castigo no fuera excesivo, pero no le llegó la concentración»
En el intermedio se hacía difícil pensar que el partido no estaba sentenciado, pero la Segoviana no quiso bajar el ritmo, y apenas reiniciado el choque, un remate al palo de Conde fue rematado a gol por Del Castillo, pero de nuevo el asistente levantó la bandera anulando el tanto. Poco importó, porque un error del portero visitante tras el posterior saque de la infracción le dejó a Diego del Castillo nuevamente más solo que la una para conseguir su triplete particular, y dejar cerrado el partido con más de cuarenta minutos por disputarse.
A pensar en la Copa
Así, que una hora después de iniciado el partido, la Segoviana comenzó a pensar en el encuentro de Copa del Rey del jueves. Manu González comenzó el carrusel de cambios, aunque poco antes Javi Borrego hiciera el cuarto gol tras recibir una asistencia de Calleja en un contragolpe que parecía terminar en nada y que acabó con el salmantino superando al portero Alfonso en su salida. Y es que el técnico del Real Burgos sorprendió a propios y extraños sustituyendo a Álex Campos en cuanto recibió el tercer tanto de la Segoviana, en una decisión que Dani Santos señaló que estaba “ya hablada” antes del partido, pero que por el gesto del portero sustituido al salir del campo, y por el momento que se produjo el cambio, no lo pareció tanto.
Así que, con el partido descontando lentamente sus minutos, el líder de la liga pudo aumentar la cuenta con un remate de Ivi que se fue demasiado cruzado, otro de Diego Gómez que se marchó incomprensiblemente fuera, un tercero de Borao que no encontró portería, y un cuarto de Adeva que se estrelló con el larguero.
El Real Burgos solo pudo oponer a cambio un remate de Pedro Dango que se marchó desviado… y poco más. La victoria de la Segoviana se gestó en menos de una hora porque, como afirmó el técnico visitante “estamos ante un equipo que tiene una plantilla y practica un fútbol de otra categoría”. Poco importa que haya jugadores que estén en un momento más bajo, o que otros estén apurando para salir de la lista de lesionados. La realidad es que la Segoviana sigue mostrando un nivel inalcanzable para los rivales de este subgrupo B, y que llega a la eliminatoria de la Copa del Rey sabiendo lo que hay, que el Girona te va a ganar nueve partidos de cada diez, pero con la ilusión de poder dar la campanada.
