
Es normal que llame la atención el protocolo del funeral de un personaje público: un rey, un papa, etc. Aunque en el caso del personaje religioso, como es el papa, el interesado haya dejado dicho que su funeral sea sencillo, siempre existe un protocolo tradicional que los encargados de la institución querrán seguir a toda costa. No obstante, en el caso del papa Francisco en sus últimos años ha establecido unas rúbricas que se tendrán en cuenta.
El papa Francisco ha muerto este lunes a los 88 años, en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano tras varias complicaciones de salud El fallecimiento de un Papa es un acontecimiento de gran relevancia para la Iglesia Católica y el mundo entero. A lo largo de los siglos, se han establecido rituales específicos para honrar su memoria y garantizar una transición ordenada en el liderazgo de la Iglesia.
Estas exequias papales han seguido un protocolo estricto durante siglos, combinando rituales religiosos y tradiciones históricas que reflejan la importancia de la figura papal en la fe católica.
Recientemente, el Papa Francisco ha introducido cambios significativos en estos procedimientos, buscando una mayor consonancia con su visión pastoral de la fe católica. Con su reforma, pretende eliminar algunos de los aspectos más solemnes y costosos del rito, poniendo en primer plano la espiritualidad y la humildad que deben caracterizar la vida y la muerte del Sumo Pontífice.
El rito tradicional llevaba consigo la certificación de la muerte y rotura del anillo; se establecía un turno de vela y unas vestimentas especiales, el hecho era informado a la diócesis a la Roma de la que era obispo, se establecía un numero de misas especiales y su cadáver era introducido en tres ataúdes.
En noviembre de 2024, el Papa Francisco promulgó una revisión del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis (ritual de las exequias del Sumo Pontífice), el documento que regula los ritos funerarios de los Papas. Estas modificaciones reflejan su deseo de simplificar y adaptar las ceremonias, enfatizando el papel del Papa como pastor y discípulo de Cristo, más que como una figura de poder terrenal. Los cambios del papa Francisco son los siguientes:
- En cuanto a la constatación de la muerte se ha trasladado este rito a una capilla privada, en lugar de realizarse en presencia pública. Este cambio pretende otorgar mayor intimidad y respeto al momento del fallecimiento.
- Otra modificación significativa es la forma en que se expone el cuerpo para la veneración de los fieles. Anteriormente, el Papa fallecido era colocado sobre un catafalco; sin embargo, con las nuevas disposiciones, el cuerpo será depositado directamente en el ataúd desde el inicio,evitando la exposición en un lecho funerario. Esta medida busca resaltar la igualdad de todos ante la muerte y reducir cualquier indicio de ostentación.
- El papa Francisco ha suprimido el uso de los tres ataúdes tradicionales. En lugar de ello, el cuerpo será colocado en un único ataúd de madera sencilla, reflejando una imagen de humildad y austeridad.
Estas reformas también contemplan la posibilidad de que el Papa sea enterrado en un lugar distinto a la Basílica de San Pedro. El propio papa Francisco ha expresado su deseo de ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, reflejando su devoción mariana y su intención de acercar la figura del Papa a la comunidad local. Con estas modificaciones, el Papa Francisco busca que los funerales papales reflejen una imagen más pastoral y humilde, coherente con su visión de una Iglesia cercana a los fieles.
Por todo esto, los rituales funerarios de los Papas han experimentado una evolución significativa bajo el pontificado de Francisco, pasando de ceremonias cargadas de simbolismo y tradición a ritos más sencillos y centrados en la espiritualidad. Estos cambios reflejan una adaptación de la Iglesia a los tiempos actuales, manteniendo la esencia de la fe y el respeto por la figura del Papa.
Ante estos cambios, tanto creyentes católicos como no creyentes podrán acercarse a la sencillez del evangelio en momentos tan importantes como son la despedida de un ser querido como de un personaje público. ¡Ojalá nuestros funerales fueran adquiriendo la sencillez y humildad que requiere un acontecimiento tan importante!
Ángel Galindo García, capellán de Su Santidad y Vicario General.
