16 de marzo de 2023: La Junta de Gobierno local concede licencia de demolición del chalé ‘Villa Estrella’.
No es la primera ni segunda vez que manifiesto mi pesar por la cuasi consumada demolición de la más singular vivienda de nuestra ciudad, el chalé ‘Villa Estrella’, sito en el numero 47 del Paseo Ezequiel González, que transito frecuentemente, y ahora, ante los hechos consumados, solo me queda alegar mi postura recordando que es obra del que fue famoso Arquitecto Municipal los años 1923 a 1943, Silvestre Manuel Pagola Bireben, nacido en Bilbao, que estudió en Madrid, obteniendo el título de arquitecto en 1921, distinguido profesional que cambió la faz de la ciudad construyendo mercados (‘Los Huertos’ y ‘Muerte y Vida’), escuelas, distribución de aguas…, introduciendo el estilo conocido como ‘racionalismo arquitectónico’, determinado por volúmenes cúbicos, perfiles netos, diferentes alturas en diversas plantas, desornamentado y funcional, lo que fue la Segovia Art Decó; otras obras de este preclaro profesional son el chalé de la Fundación Nicomedes, la Colonia Varela, edificio ‘El Giorgio’, la ‘Clínica Gila’, edificio singular de la Plaza de la Rubia, el, actualmente salvándose de la piqueta, de la Plaza de Santa Eulalia, o el hoy CEIP ‘Diego de Colmenares’, antes ‘Grupo Escolar Primo de Rivera’…
Por otra parte, también es recordable que lo manda construir la familia Rueda, industriales del importante sector de la piel, de tanta importancia en la Segovia de los siglos XV y XVI, como lo atestiguan las calles dedicadas a Curtidores o ‘Tejedores’, en la que estaba la fabrica JARA, perteneciente, (según el Catálogo guía de Arquitectura de Segovia de M. A. Chaves) a los hermanos Juan y Andrés Rueda, o que, según el ensayo de Mariano Grau en ‘Estudios Segovianos’, llegó a tener hasta 40 tenerías que daban trabajo a curtidores, zurradores, borceguileros, zapateros, boteros, chapineros, pergamineros, jaeceros…, incluso la existencia del Hospital de Sancti Espíritu, conocido como ‘de bubas y resfriados’, por la frecuente asistencia de estos obreros siempre en contacto con pieles y humedades.
Es muy mayoritaria la favorable opinión ciudadana de que, si es posible, se hagan los trámites necesarios para evitar tal demolición, aunque reconozco los derechos de los propietarios que planifican la construcción de 44 viviendas, con garajes, locales y trasteros, por lo que el Concejo, para evitar tal perjuicio al patrimonio ambiental y paisajístico, que además del singular edificio supondría la eliminación del arbolado circundante, y perjudicaría a la histórica iglesia de Santo Tomás Apóstol, románica de principios del siglo XIII, que hoy luce exenta, sabiendo que en la ciudad hay como 5.000 viviendas vacías, debería intentar acuerdos y compensaciones con los actuales propietarios agotando medidas preventivas antes de llegar al irreparable derribo.
Desde luego que seremos muchos los segovianos que recordaremos la bonita y romántica estampa de este chalé, uno de los pocos edificios con estilo propio que sobresalía entre los anodinos bloques de viviendas en esta ciudad que languidece y envejece como el arpa de Gustavo Adolfo Bécquer, que “…olvidada, silenciosa y cubierta de polvo veíase el arpa”… y Segovia.
