La crisis económica de 2008 fue devastadora para la élite en lo que al deporte colectivo se trata . Las empresas que dentro de sus posibilidades sustentaban el presente de los clubes deportivos no tuvieron más remedio que ‘cerrar el grifo’, algo que también hicieron en mayor o menor medida las instituciones públicas, lo que provocó sonadas desapariciones de conjuntos históricos que no encontraron las vías de financiación suficientes para continuar con su actividad y afrontar unos gastos que nunca bajaron en la proporción en la que lo hicieron los ingresos.
El replanteamiento que se vieron obligados a realizar los clubes les llevó a rebajar sus expectativas de crecimiento. Lo que antes era una clara intención de ascender de categoría se quedó en la aspiración de lograr la permanencia, buscando en la cantera el natural soporte sobre el que hacer pivotar el futuro del club.
Moderación, y cantera
Durante una década, salvando el enorme disgusto que supuso la desaparición del Segovia Futsal (con todos los interrogantes que se quedaron abiertos sobre esta cuestión), los clubes segovianos supieron adaptarse a las circunstancias y poco a poco fueron saliendo adelante. Se acabó el deporte de élite durante varias campañas, hasta que el (tristemente efímero) ascenso de la Segoviana a la Segunda B y la llegada del Viveros Herol Nava a la Liga Asobal vinieron a reflejar el éxito del modelo de cantera, puesto que la Segoviana logró el ascenso con más de la mitad de canteranos, y el Balonmano Nava también se apoyó en los jugadores de la casa para conseguir llegar a la máxima categoría del balonmano nacional.
Sin embargo, la crisis económica que se avecina en cuanto termine (si lo hace) la crisis sanitaria amenaza de manera aún más clara la supervivencia no solo de los clubes de élite, sino también de los que trabajan con la base. En Segovia, la mayoría de las entidades deportivas sobrevive gracias a las aportaciones de sus componentes de la cantera, más alguna ayuda puntual de empresas privadas, y las subvenciones de las instituciones públicas. La primeras podrán continuar, siempre que se pueda realizar actividad deportiva en condiciones de normalidad, pero en el tema empresarial a nadie se le escapa de que la crisis ya ha obligado a no pocas empresas a ajustar mucho más sus presupuestos con ERTES de por medio, y las instituciones públicas van a tener que afrontar otro tipo de prioridades antes que apostar por el deporte colectivo.
Un panorama desolador
Algunos clubes han empezado a echar cuentas valorando lo que puede suceder en el curso 2020/21, y se preparan para un escenario de recortes presupuestarios que en algunos casos puede suponer hasta el cuarenta por ciento con respecto a la campaña anterior. Sin ingresos por taquillas teniendo en cuenta que dentro de esta ‘nueva normalidad’ se plantea el hecho de jugar a puerta cerrada por lo menos hasta el mes de enero, con las empresas mirando con lupa sus inversiones, y con las instituciones públicas poniendo el foco en el apartado social, el deporte que viene en Segovia se prepara pata hacer nuevos agujeros a su ya apretado cinturón.
