A finales del año pasado se reunieron los representantes del Consorcio de la Vía Verde del Valle del Eresma para aprobar el presupuesto del año 2025, que ascenderá a 88.800 euros, lo que supone un incremento de 4.300 euros con respecto al de 2024 que llegaba hasta los 84.500. Una tendencia, la de la subida, que ha sido constante en los últimos años aumentando desde 2020 en más de 10.000 euros. De los 88.800 aprobados para 2025, 40.000 los aportará la Diputación segoviana, mientras que el Ayuntamiento va a hacer frente a otros 40.000, quedando para la Diputación de Valladolid 8.500; el resto corresponderá a tasas y otros ingresos.
Entre los gastos más representativos de esas cuentas, aparece la conservación y mantenimiento de los 70 kilómetros que conforman el trazado, al que se destinarán 42.612 euros y que se invertirán en acometer tareas de desbroce mecánico de márgenes y de cunetas y segado de hierbas. Así como recebo y compactación de las superficies deterioradas en épocas adecuadas de humedad mediante equipo de compactación (motoniveladora y rodillo) de la plataforma.
También se llevarán a cabo labores de vigilancia y limpieza semanal de la Vía Verde, limpieza y mantenimiento y túneles, alcantarillas y puentes, actuaciones extraordinarias en caso de emergencia por inundaciones y caída de árboles y mantenimiento de la señalización y mobiliario. Por otro lado se estima una inversión de 23.000 euros en el arrendamiento de terrenos de esa Vía Verde por parte de ADIF al Consorcio.
Durante la reunión también se aprobó que la empresa encargada de la ejecución de las obras de mantenimiento y conservación de la Vía Verde durante 2025 y 2026, sea Tragsa que contará con un presupuesto estimado para las dos anualidades que alcanza los 81.852 euros. Este paso se da una vez concluido el anterior encargo, correspondiente a 2023 y 2024, y dado que es necesario seguir acometiendo labores que se llevarán a cabo en el orden que la empresa pública considere evaluando las necesidades más urgentes y los tramos más deteriorados.
Por otro lado, la asamblea del Consorcio dio igualmente su visto bueno al convenio de colaboración con la Diputación de Segovia para la prestación de servicios de administración electrónica y herramientas informáticas. No en vano, la institución provincial presta ese servicio de administración electrónica para ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes, entidades locales menores, mancomunidades, comunidades de villa y tierra, o Consorcios, como ese el caso del de la Vía Verde del Valle del Eresma. El coste anual para el Consorcio de la Vía Verde por el uso y mantenimiento del programa de la administración electrónica que la Diputación ha adquirido para que pueda utilizarse por todos los municipios de la provincia y los Consorcios dependientes de la Diputación, es de 2403,94 euros al año.
Una asamblea que contó con la asistencia del presidente de la Diputación de Segovia, Miguel Ángel de Vicente; el diputado del Área de Recursos Humanos, Gobierno Interior y Administración General, Jaime Pérez; el alcalde de Segovia, José Mazarías; y la concejala de Turismo, Innovación y Digitalización y Promoción Económica del Ayuntamiento de la capital segoviana, May Escobar, actuando como secretario, Ángel Cristóbal.

Consorcio
El Consorcio de la Vía Verde del Valle del Eresma, formado en la actualidad por representantes de la Diputación y el Ayuntamiento con Miguel Ángel de Vicente, presidente provincial, ostentando la presidencia del consorcio y José Mazarías, alcalde de Segovia, en el cargo de vicepresidente, se constituye hace más de una década con el fin de poner en marcha la Vía Verde del Valle del Eresma, asegurar su funcionamiento y gestionarla, solicitando a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) la cesión de los espacios e infraestructuras vinculadas al proyecto y asumir su gestión. Entre sus objetivos también destaca el de mantener y conservar en perfectas condiciones de uso la Vía Verde del Valle del Eresma, realizar todo tipo de acciones conducentes a la promoción, desarrollo y potenciación de esta vía y articularla como eje del desarrollo intercomarcal de la zona.
Ordenanza de uso de la Vía Verde
La Vía Verde es una ruta turística, ecológica y deportiva, destinada a la práctica del senderismo, el paseo, la observación de la naturaleza, el cicloturismo y aquellas actividades deportivas o de turismo activo que sean compatibles con las características propias de un área natural recreativa. Para que estos fines se cumplan está en vigor una Ordenanza que regula su uso y funcionamiento en la que se indica que todos los ciudadanos tienen derecho a usar y disfrutar de la Vía Verde, siempre que no incurran en usos prohibidos. Está permitido el paseo y circular con bicicletas.
Quien quiera disfrutar del camino natural a título individual no necesitará ninguna autorización previa. En el caso de que se pretenda, de forma organizada, realizar una prueba deportiva o una acción lúdico-recreativa, compatible con los usos permitidos, los responsables tendrán que solicitar la correspondiente autorización al Consorcio. Ocupar la vía sin el permiso oportuno se considerará infracción muy grave y se sancionará con una multa de entre 601 y 1.500 euros.
Segovia – Olmedo, más de 70 kilómetros de patrimonio natural
La llamada Vía Verde del Valle del Eresma se divide en tres tramos, de extensión similar, y recorre la línea ferroviaria, extinta desde 1993, que unía la capital con el municipio de Medina del Campo

Las bicicletas, los senderistas y los amantes de la naturaleza son desde hace más de diez años, cuando se inauguró el Camino Natural Vía Verde Valle del Eresma, los únicos protagonistas del tramo ferroviario, ahora extinto, que estuvo en funcionamiento entre 1884 y 1993, por el que pasaba el tren con los viajeros que recorrían la línea Segovia- Medina del campo.
Las obras para dar una nueva vida a este tramo comenzaron en 2012, se dividieron en tres fases y fueron ejecutadas por Tragsa, finalizando en 2019. El presupuesto total ascendió a 2.300.000 euros que fueron financiados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, encargándose Diputación de Segovia y Ayuntamiento del mantenimiento del tramo que discurre por la provincia. Esta vía, peatonalizada y adaptada para el uso de medios de locomoción no motorizados une 17 municipios, 15 de los cuales se encuentran en la provincia de Segovia, siendo los dos restantes pertenecientes a la vecina Valladolid.
Camino natural
Los 70 kilómetros que separan Segovia de Olmedo, en Valladolid, son los protagonistas de este camino natural que se divide en tres tramos de similar extensión, bien diferenciados. El primero de ellos es el que une Segovia (Puente de Hierro) con la estación de Yanguas-Carbonero. Durante los 25 kilómetros que abarca esta ruta se puede disfrutar de la ermita de Nuestra Señora de la Aparecida (siglo XVII) en el despoblado Mazuelos, muy cerca de Valverde del Majano, de donde es patrona. Atravesando el puente Lobones y Hontanares de Eresma se llega al final del primer tramo, la estación de tren de Yanguas-Carbonero, situada en el barrio de San Pedro del pequeño municipio.
Los siguientes 23 kilómetros discurren entre pinares, chopos y cultivos de cereal, uniendo la citada estación de Yanguas-Carbonero con la localidad de Nava de la Asunción. En este tramo destaca la ermita de la Virgen del Tormejón, de estilo románico, está ubicada en lo alto de un cerro a pocos kilómetros del núcleo urbano de Armuña rodeada de un privilegiado paisaje, por lo que desde las proximidades del templo es posible contemplar una panorámica de la zona.
A mitad de tramo se pasa por la bella estación, y tan noticiable estos meses, de Ortigosa de Pestaño, antes de llegar a la ermita de la Virgen del Pozo Viejo, un templo ubicado en el término municipal de Nieva, a tan solo dos kilómetros del casco urbano de la localidad. Su construcción es de estilo románico y data del siglo XIII. El recorrido finaliza en Nava de la Asunción, donde comienza el último tramo que llega a Olmedo.
Precisamente la antigua estación de Nava, hoy convertida en el museo dedicado a Jaime Gil de Biedma, poeta y vecino de la localidad, sirve de punto de partida para afrontar los últimos 22 kilómetros que discurren entre bosques de pinos resineros. Uno de los atractivos de este tramo es la localidad de Coca, que aunque queda separada dos kilómetros de la Vía Verde, merece una visita por su monumental patrimonio histórico y arquitectónico.
