Marzo es un mes durísimo para los pastores. “Marzo, marzueco, guárdame un corderito para murueco”, dicen en Prádena, rogando a ese mes que, entre los corderos nacidos, sobreviva al menos uno para semental. Ahora, este áspero mes se nos ha llevado para siempre a Pedro Sanz, el popular pastor de La Rades (Pedraza). Me imagino que, nada más llegar al cielo, su tocayo San Pedro le habrá preguntado qué tiempo va a hacer en 2025. Porque si nuestro buen amigo se hizo famoso en vida fue por pronosticar el tiempo, usando el método de ‘Las Cabañuelas’. Largo ha sido su ejército de seguidores. Sus augurios se divulgaban por toda la provincia, y cuando en El Adelantado de Segovia se hacía anualmente repaso de las noticias más leídas en su página web, él ocupaba, invariablemente, el primer puesto. De las páginas de este diario saltó a infinidad de medios de comunicación, convirtiéndose en un fenómeno al que recurrían desde los más alejados lugares para que hiciera predicciones del tiempo.
Él siempre se resistió a desvelar cómo hacía ‘Las Cabañuelas’. Pero admitía que observaba las condiciones meteorológicas de una serie de días de agosto y diciembre, y el comportamiento de determinadas especies de animales, para adivinar el tiempo del año posterior. Aunque era consciente de que había quien se tomaba a chufla sus vaticinios, en la comarca de Pedraza los pronósticos de ‘Melina’ –su apodo- iban a misa. De hecho, el teleclub de La Rades estaba empapelado de artículos de El Adelantado sobre sus pronósticos.
Él, que había mamado conocimientos ancestrales, sabía interpretar la naturaleza. Si un año no veía bandadas de avefrías, intuía que no iba a nevar. Por el contrario, aseguraba que cuando un rebaño de ovejas no quería entrar al atardecer al corral era porque los animales barruntaban nieve y preferían seguir comiendo hierba… Y así contaba infinidad de curiosidades.
En este triste momento de su adiós, Pedro nos deja varias lecciones. Sobre todo, de ecologismo. Él sostenía que el hombre “maltrata” al medio ambiente de muchas maneras, entre ellas “con química”. Y cuando se le preguntaba qué pensaba del cambio climático, contestaba: “No entiendo, pero con tanto coche estamos quemando la atmósfera”. Pedro, sit tibi terra levis. Que la tierra te sea leve.
