El campo requiere cada año cerca de 4.000 trabajadores de temporada para realizar labores agrícolas. Los principales demandantes son los viveros de planta de fresa y diversas industrias dedicadas a la producción y comercialización de hortalizas de la zona de El Carracillo.
La alta demanda de mano de obra se cubre a muy duras penas, según dicen los viveristas segovianos. Ellos demandan cada año la contratación en origen de personas extranjeras. Su preferencia por la mano de obra femenina obedece a la mayor agilidad en las labores manuales de selección de plantas.
Hasta ahora empleaban a trabajadoras de países del Este europeo, como Rumanía o Bulgaria. Pero su creciente nivel de vida tiende a disminuir el número de personas dispuestas a trasladarse un mes a España para trabajar.
Para atender esta necesidad del campo segoviano se puso en marcha la Comisión de Flujos Migratorios. La propuesta se trasladó a la Dirección General de Migraciones (DGM) del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, que acogió la medida de forma favorable y planteó que los trabajadores deberían ser de origen marroquí, por ser el país con el que se han suscrito convenio e instrumentos de colaboración preferentes en materia de migración.
Este año ha implantado una prueba piloto con la contratación de mujeres marroquíes. Al tratarse de personas de fuera de la Unión Europea, es preciso expedirlas visados temporales que habilitan para trabajar, pero con el posterior retorno obligado a su país de origen cuando termina la campaña.
Se hizo la oferta de empleo a trabajadoras marroquíes con experiencia en la recogida de la fresa en Huelva. Así se simplificarían los trámites administrativos, ya que no tendrían que desplazarse a Marruecos a realizar la selección de personal, ni organizar salidas desde aquél país, puesto que estas gestiones se realizan desde la oficina de empleo marroquí.
Se habían solicitado desde Segovia 500 personas, pero sólo se autorizó el desplazamiento de 295 trabajadoras, aunque fueron 254 las que llegaron a la provincia. El resto no se presentaron y una no fue seleccionada.
Antes se había aprobado un primer flujo de trabajadores para la localidad de Fuente el Olmo de Fuentidueña, entre el 15 de junio y el 25 de agosto. Posteriormente se tramitaron otros tres expedientes para el periodo del 10 de julio al 30 de octubre, en las localidades Chañe, Navalmanzano y San Martín y Mudrián. Por último, se realizó la tramitación acumulada de dos nuevos expedientes entre el 20 de septiembre y el 30 de diciembre para la localidad de Chañe.
De este modo, las mujeres marroquíes han representado esta primer año únicamente el 10% de las contrataciones de extranjeros para las campañas agrícolas. El origen de la mayor parte de los trabajadores desplazados procede de Rumanía, el 90 por ciento, según los datos de la Subdelegación del Gobierno. Y también se produce la llegada de trabajadores extranjeros desde otros puntos de la geografía nacional en procesos de migración interna originados por las distintas campañas agrarias.
Teniendo en consideración que de enero a mayo, los meses de menor actividad, el número de trabajadores extranjeros de alta en el Régimen Especial Agrario (REA) en Segovia se sitúa en torno a los 900, y se alcanza la cifra de 3.425 con fecha 30 de septiembre, “podemos indicar que la cifra de trabajadores desplazados este año para la participación en las labores agrícolas de temporada se ha situado en torno a los 2.500 trabajadores”, señaló la subdelegada Lirio Martín, aunque es en septiembre y octubre cuando más contrataciones ha habido.
La Comisión Provincial de Flujos Migratorios de Segovia se constituyó en abril del año pasado. La integran: la Subdelegación del Gobierno; los sindicatos Asaja, UPA COAG, UCCL, UGT y CCOO; los viveristas de Segovia (Vifase); y las instituciones oficiales Ecyl, SEPE, Inspección de Trabajo, Tesorería General de la Seguridad Social, la Oficina de Extranjería y la Guardia Civil.
