La victoria electoral del partido de los agricultores de los Países Bajos, el Movimiento Campesino-Ciudadano” (BoerBurgerBeweging – BBB), está llevando a muchos a pensar en la fuerza que podría tener este colectivo si se organizarán como entidad política.
El pasado 15 de marzo se celebraron en Holanda elecciones que permitieron la entrada de esta joven formación política en el senado de ese país y que podría cambiar el rumbo de las directrices económicas y sociales.
Este joven partido, que promete dar voz a la revuelta de los agricultores contra los planes medioambientales del Gobierno neerlandés, contará con el mayor número de escaños en la Cámara Alta del Parlamento holandés, que se ha producido tras una importante ola de protestas del sector agrícola en todo el país.
Formado en 2019, este partido mostró inmediatamente su compromiso de desafiar los planes del Gobierno neerlandés para reducir las emisiones de nitrógeno, que incluyen una reducción de la ganadería y prevén expropiaciones cerca de zonas naturales con protección ambiental.
El denominado BBB va camino de obtener 15 de los 75 escaños del Senado, por delante de los 10 que tiene el partido de centroderecha VVD del primer ministro Mark Rutte, en el poder desde 2010.
Según los sondeos realizados a pie de urna, el partido BBB se sitúa en primera posición en todas las provincias encuestadas, con un 31,3% en su corazón, la zona rural de Overijssel, y un 14,3% en Países Bajos Septentrional, donde se encuentra Ámsterdam.
Los resultados de este joven partido le dan la posibilidad de unir fuerzas con otras formaciones políticas en el Senado para oponerse a los planes de la coalición cuatripartita de Mark Rutte, que perderá ocho escaños y pasará a tener 24 en total.
En los últimos meses, los agricultores holandeses han estando bloqueando autopistas, protestado ante las casas de los políticos y se han manifestado a bordo de sus tractores por miles, dando a entender así el sentimiento de malestar en el colectivo.
CAMBIO DE RUMBO
En este clima, las elecciones del miércoles 15 llevaron a 13 millones de neerlandeses a las urnas. La líder del partido de los agricultores, el BBB, defiende que el pueblo “ha hecho oír su voz”. “No podéis ignorarnos durante más tiempo. Entraremos en el Gobierno”, advirtió después de que su formación lograra entre casi 20 de los 75 escaños del Senado. Allí será la mayor fuerza junto a la coalición de socialdemócratas y -curiosamente- verdes, que suman 15 asientos. Las elecciones regionales, además, no son una cita menor en Países Bajos ya que las provincias tienen poder de decisión en asuntos como la construcción de carreteras y casas, el transporte… y la política medioambiental.
“Los Países Bajos han demostrado claramente que estamos hartos de esas políticas”, declaró a la cadena pública NOS Caroline van der Plas, líder del partido BBB (Movimiento Campesino Ciudadano, en sus siglas en neerlandés). “No se trata sólo del nitrógeno, se trata de los ciudadanos a los que no se ve y no se escucha, a los que no se toma en serio, cuyos problemas no se afrontan”.
Este partido, BBB, logró su primer escaño en las elecciones generales del año 2021. El día de la composición del nuevo parlamento, Caroline van der Plas, una antigua periodista especializada en agricultura, se plantó en La montada en un tractor. Desde ese día ha sido una figura omnipresente en el debate político neerlandés y se ha convertido en la heroína de los miles de granjeros que llevan un año manifestándose contra las propuestas del Gobierno para cumplir con los objetivos climáticos que se ha marcado el país, en parte derivados de sus compromisos con la agenda verde de la Unión Europea.
Aunque su base está en el campo y ha obtenido sus mejores resultados en las provincias del centro y norte del país, también ha registrado buenos resultados en las ciudades y grandes áreas metropolitanas.
El credo político del BBB oscila entre posiciones de ultraderecha respecto a la inmigración y el asilo, el euroscepticismo (piden el retorno a la idea de la unión de “países soberanos”) y postulados más bien progresistas en cuestiones como la sanidad o la fiscalidad (quieren más impuestos a las grandes corporaciones y defienden el transporte público) mientras apuestan por la energía nuclear.
Si la última insatisfacción social francesa se manifestó a través de ‘chalecos amarillos’, en los Países Bajos la prenda con la que se manifiesta es el pañuelo rojo típico de las zonas rurales. Van der Plas lo adoptó desde el primer día. En las regiones fronterizas de Flandes (Bélgica), donde las medidas para reducir las emisiones agrícolas también han provocado protestas, es frecuente ver la bandana roja delante de las casas en señal de apoyo a sus vecinos.
REACCIONES
Todo ello ha tenido sus distintas reacciones en España, donde también existe malestar en el sector agrario por el nuevo rumbo que adoptan las políticas tanto nacionales como europeas.
Cuestiones como el encarecimiento de los fertilizantes y los combustibles, la defensa del lobo, los nuevos requisitos ambientales para recibir las ayudas de la PAC, los cambios en las decisiones de trasvases de agua, las medidas para la implantación de parques fotovoltaicos, o la reducción de planificaciones de regadíos, son cuestiones que preocupan a agricultores y ganaderos españoles.
Quienes tienen encomendado defender los intereses de los agricultores y ganaderos son las organizaciones profesionales agrarias (Opas). Pero incluso entre ellas existen discrepancias. Algunas se refieren a afinidades ideológicas y otras sobre las que tienen la representación y las que no.
En Segovia están activas tres organizaciones, con distinto nivel de representación. UCCL, Asaja y la Alianza UPA-Coag fueron las que se presentaron a las últimas elecciones agrarias celebradas el pasado mes de febrero.
Sus dirigentes en Segovia no han dejado de mirar con atención a lo ocurrido en Holanda. Y a la pregunta de si sería viable en España la existencia de un partido político de agricultores o ganaderos, responden con distintas opiniones.
Para César Acebes Soto, de UCCL, el problema que tenemos en este país es que “a las organizaciones agrarias que se llaman más representativas a nivel nacional, nunca se lo permitirían; ni ellas darían nunca un paso en sentido contrario a los partidos políticos que las mantienen o las hacen pagar los favores que se cobran”.
Desde UPA-Coag, su representante, Pedro Matarranz, afirma que “sería viable” crear un partido político si se llevara a cabo en toda la Unión Europeo. De hecho, él ya lo ha planeado en el copa- Cogeca.
Desde Asaja, Guzmán Bayón afirma que no faltan razones para que nazca un partido político que unifique los intereses de los agricultores y ganaderos. Pero asegura que no ve viable actualmente hacerlo a través de las organizaciones profesionales agrarias. “Nos vemos muy perjudicados por las políticas, tanto nacionales como europeas, que se aplican; y hay razones para unirnos todos. Pero no veo viable a día de hoy un partido político en España de los agricultores”.
Es cierto que en España han surgido algunos movimientos sociales que anunciaban su preocupación por la situación del campo, más concretamente por el medio rural y su olvido desde los partidos mayoritarios. En algunas provincias sí nacieron movimientos que han tenido representación, como Teruel Existe o Soria Ya.
EVOLUCIÓN
En el conjunto de Europa, los partidos agrarios conocieron su esplendor en buena parte de Europa hasta la Segunda Guerra Mundial. La politización del campesinado llegó en algunos casos al Gobierno. Hoy los principales partidos agrarios se concentran en el Norte de Europa: el Partido del Centro de Suecia, el Partido del Centro de Finlandia, Venstre en Dinamarca, el Partido de Centro de Noruega y el Partido Progresista de Islandia. Todos entroncan con la tradición de la Democracia Cristiana que daba amparo a la sociedad rural y agraria que construía la nueva Comunidad Económica Europea (CEE) de los años 60. Con la evolución del tiempo y la ampliación de la UE, se daba a entender que en Europa sobraban vacas, tenía demasiados viñedos, mucha remolacha… hubo mucha reestructuración, acompañada de ayudas económicas. Hoy parece que vuelven a resurgir estos partidos, al menos en algunos países del viejo continente.

Caroline van der Plas, la líder política que acudió a votar en tractor
Quien ha promovido la victoria del partido de agricultores de Holanda es Caroline van der Plas (Cuijk, Países Bajos, 1967), una periodista que ha sabido canalizar el descontento del sector agrario y rural por las nuevas normativas sobre medio ambiente que afectan a su actividad. Un descontento que van der Plas ya vio venir en el 2014, cuando creó una plataforma en Twitter para que ganaderos y agricultores pudieran contar a los ciudadanos su forma de trabajar.
Van der Plas heredó las dos profesiones de sus progenitores. Se hizo periodista, como su padre, y política, como su madre, una irlandesa que fue concejala. En cuanto a su profesión periodística, esta estuvo siempre muy relacionada con el mundo agrícola y, de hecho, fue responsable de prensa de la asociación holandesa de los criadores de cerdos.
Fue precisamente la defensa del sector primario y del mundo rural lo que llevó a Caroline a crear, ya en el año 2014, Boerburgertweet, una plataforma que llegó a tener 20.000 seguidores en Facebook y más de 12.000 en Twitter. En ella, cada semana, un agricultor o un ganadero contaba a los ciudadanos en qué consistía su trabajo, porque Van der Plas tenía la teoría de que los ciudadanos estaban cada vez más alejados de la producción de alimentos y de que, ese escaso contacto con el campo, provoca «que el habitante urbano se forme una imagen negativa del sector por la información unilateral que dan los medios de izquierda», recoge la web del Boer Burger Beweging, el partido de Caroline.
En el año 2019, Países Bajos vivió una de las peores protestas de los agricultores que se recuerda, con miles de tractores colapsando las carreteras y la capital del país para protestar por la mala imagen que se le atribuía a los granjeros en la lucha contra el cambio climático. Y fue entonces cuando Caroline decidió dejar el CDA por considerar que este no estaba representando adecuadamente los intereses del sector agrario y poner en marcha su propio partido.
En las elecciones generales del 2021 logró un solo escaño. A tomar posesión del mismo llegó en tractor, una imagen que ya marcó un hito.
En sus intervenciones públicas se refiere siempre a la falta de servicios que afecta al medio rural. “Defendemos el campo y a los ciudadanos del campo porque vemos que cada vez se alejan más instalaciones”, aseguraba en varias ocasiones. A partir de ahora se la escuchará con más atención.
