El Viveros Herol Nava deberá esperar un año más para asaltar por primera vez en su historia un maldito Palacio de los Deportes que lo volvió a dar la espalda y permitió al Ademar de León llevarse una victoria trabajada y guiada desde la portería con la que puso fin a una racha navera de dos victorias consecutivas y tres seguidas a domicilio (34-27). El respetuoso minuto de silencio por la tragedia hace días en Valencia fue el preludio a un choque de exigencia máxima sobre la cancha leonesa que el Viveros Herol Nava pudo comprobar en sus propias carnes desde el pitido inicial.
Porque al equipo de Álvaro Senovilla le tocó casi siempre remar a contracorriente con dos acciones que se repitieron una y otra vez durante un primer período que acabó siendo definitivo: las intervenciones de Saeid bajo palos y las exclusiones. Y, aún así, no fue siempre porque golpeó primero con la diana inicial de Borja Méndez, pero que no tardó en ser respondida por un Ademar liderado por Carlos Álvarez que se echó el equipo a la espalda para voltear el marcador con su especialidad de la casa, el lanzamiento desde los siete metros.
Pasado el minuto cinco de partido, la experiencia navera hizo acto de presencia en cancha leonesa y, de la mano de Isaías Guardiola ante un ataque segoviano falto de fluidez, el internacional español sostuvo a un Nava ante un Ademar que encontraba facilidad sobre la portería de Luis de Vega, aunque no era suficiente para tomar el mando del partido. Así, tal era la igualdad sobre la pista que, pasado el minuto 13 de choque el luminoso no había reflejado siquiera una diferencia máxima de dos goles a favor de ningún equipo, pues las continuas exclusiones naveras las logró contrarrestar el equipo de Álvaro Senovilla por medio del acierto de Adrián Nolasco desde larga distancia que mantenía a los segovianos al acecho.
Al límite hasta que, un lanzamiento errado de Tioumentsev fue el preludio de una fase de partido que dio paso a un intercambio de golpes constantes, con los ataques imponiéndose a las defensas y en la que el Ademar encontró refugio en la locura para, por primera vez en el choque, ponerse con una ventaja de dos goles a favor y que no fueron tres por el inédito y primer error de Carlos Álvarez desde los siete metros.
UNA EXPULSIÓN DOLOROSA
La tímida distancia no modificó una hoja de ruta navera que sí lo hizo la expulsión de Gedeón Guardiola. Porque el internacional español vio la tarjeta roja en una acción defensiva que acabó siendo significativa para el devenir de un equipo segoviano que ya veía al Ademar a tres goles de ventaja y que obligó a Álvaro Senovilla a solicitar tiempo muerto a falta de cinco minutos para el descanso. Una reacción navera que llegó en cuanto a intensidad, pero no en cuanto a colmillo con Saeid bajo palos como máximo culpable, pues el guardameta del Ademar echó el cerrojo a la portería leonesa y elevó su porcentaje de paradas para permitir al cuadro de Dani Gordo ampliar la diferencia a unos cuatro goles con la que se llegó al paso por vestuarios.
Tras el reposo, la respuesta segoviana llegó y, a pesar de que Rodrigo Pérez Arce, un viejo conocido de la parroquia navera, amplió la renta a las cinco dianas en la primera acción del segundo acto, un Nava con más piernas en defensa y más vivo bajó la persiana al ataque leónes y, con Mario Nevado a la cabeza junto a la ayuda de Lautaro Robledo desde la derecha, siguió picando piedra para reducir la distancia a los tres goles primero y acercarse a tan sólo uno de diferencia minutos después.
ÁLVARO PÉREZ CIERRA LA PUERTA AL NAVA
Pero entonces emergió la figura de Álvaro Pérez para tumbar las esperanzas segovianas. Porque dos primeras intervenciones sobre Dani Pérez y Tioumentsev fueron el principio del fin para un Nava que vio como el Ademar, con colmillo en las transiciones, comenzó a ampliar de nuevo la renta en el marcador incapaz de superar la portería de un Álvaro Pérez que, para entonces, ya se había convertido en una exhibición. Así, el equipo de Dani Gordo, desde el cerrojo defensivo, comenzó a bajar el telón del partido frente a un Nava falto de fuerzas que, fruto de sus ataques erráticos, obligó a un Senovilla que veía que se le escapaba el partido a pedir tiempo muerto.
Pero la respuesta navera no llegó, no por intencionalidad, sino porque Álvaro Pérez no bajó la guardia y, además de impedir que el Nava se volviese a meter en el duelo, lideró al Ademar a conseguir cerrar un choque que acabó teniendo un final más plácido de lo previsto para un Ademar que, con varios contraataques finales, amplió la renta en el luminoso para dejar un 34-27 definitivo. De esta manera, el Viveros Herol Nava volvió a sucumbir en un Palacio de los Deportes que vio como el Ademar, con estos dos nuevos puntos, le arrebató la cuarta plaza de la clasificación al equipo segoviano que dijo adiós a su gran dinámica lejos de un Guerreros Naveros en el que buscará volver a sonreír el próximo fin de semana cuando reciba la visita del Torrelavega.


