Con sed de venganza en la esquina irundarra y la moral tocada en la navera, un Bidasoa Irún con una marcha más no hizo prisioneros ante un Viveros Herol falto de gasolina y que logró tomarse la revancha del duelo de ida en un partido en el que el conjunto de Álex Mozas cumplió con los pronósticos y certificó una cómoda victoria frente a un Balonmano Nava que no levanta cabeza (37-29).
Sobre el pabellón de Artaleku, entró mejor Viveros Herol que, bajo la batuta y experiencia de Isaías Guardiola, cogió el timón del partido con una primera renta inicial de 0-2 que no tardó en encontrar la réplica irundarra. Presentaciones hechas, siguió siendo el equipo de Álvaro Senovilla quien entró mejor al pleito, con una sólida defensa que no permitía encontrar espacios a un ataque de Bidasoa errático y con acierto en la ofensiva gracias a un Mario Nevado inspirado desde el lanzamiento lejano.
Así, acción a acción y, junto a la inestimable ayuda de un Mateus Buda que comenzó a sacar su catálogo de paradas, un conjunto segoviano efectivo ya fuese en estático o al contragolpe continuó castigando a un Bidasoa incómodo y frágil en defensa que, cumplido el minuto diez de partido, ya se veía abajo con una diferencia de tres goles (5-8).
BLOQUEO OFENSIVO NAVERO
Pero entonces, la historia cambió y Bidasoa despertó. Los culpables, un ataque segoviano que, de buenas a primeras, se transformó en atasco y un equipo de Alex Mozas que, liderado por Gorka Nieto y, de menos a más, comenzó a creer. Tanto que, cinco minutos fueron suficientes para que el marcador reflejase ya un 9-9 que obligó a Álvaro Senovilla a solicitar tiempo. Sin éxito.
Porque Bidasoa olió sangre ante un Viveros Herol ‘groggie’ que seguía con la persiana bajada en ataque, incapaz de alcanzar el doble dígito y que, no suficiente con perder la renta de tres goles, veía ya como un equipo irundarra con una marcha más empezó a romper el partido a base de rápidas acciones (13-9). De ahí al descanso, Pancho Ahumada consiguió poner fin a una sequía ofensiva navera de 11 minutos, demasiado tiempo como para que Bidasoa, con Rodrigo Salinas como jefe de operaciones, se fuese al paso por vestuarios con una brecha de cinco goles (18-13).
Tras el reposo, el guion no cambió. Y es que si bien es cierto que los ataques comenzaron a imponerse a las defensas, en el intercambio de golpes hacia ambas áreas volvió a salir vencedor Bidasoa. Porque a pesar de un Pancho Ahumada con la flechita hacia arriba desde el extremo derecho que sostuvo a Viveros Herol, el ritmo del equipo de Alex Mozas siguió tiñendo el duelo de color amarillo durante los primeros compases hasta seguir ampliando la diferencia a los ocho tantos, la máxima del partido.
AHUMADA SACA EL ORGULLO NAVERO
Sin respuesta segoviana, Álvaro Senovilla solicitó nuevamente tiempo muerto, pero mismo desenlace al del primer acto ya que, las imprecisiones naveras en la ofensiva fruto de una sólida zaga irundarra permitieron a Bidasoa, administrando la renta cómoda a las mil maravillas, continuar hurgando en la herida visitante y llevando la diferencia a los once goles (30-19).
Con el choque visto para sentencia, llegaron los mejores minutos en pista para un Balonmano Nava que, bajo el acierto una y otra vez de Pancho Ahumada, tiró de orgullo vistiendo el marcador ante un Bidasoa que para entonces ya repartía minutos en un tramo final sin sobresaltos en el que el conjunto de Alex Mozas certificó un plácido triunfo sobre un Artaleku transformado en fiesta (37-29). Así, el Viveros Herol alargó su delicada tesitura que lo hace ya encadenar su cuarto partido consecutivo sin ganar y que no le impide dejar de mirar con lupa la parte baja de la clasificación con aún la mayoría de partidos de la jornada por disputar. De momento, parón en la liga y los ojos a la Copa.
