El Viveros Herol Nava sumó un punto más en su carrera por la permanencia al empatar a 27 goles con el Rebi Cuenca en un encuentro que fue todo un manual de resiliencia por parte de ambos conjuntos, que tuvieron tantas opciones de ganar el partido como de perderlo.
El primer tiempo que realizó el conjunto segoviano evidenció el buen momento por el que atraviesa, con jugadores plenos de confianza en ataque como Borja Méndez, y otros que están cogiendo muy buenos automatismos defensivos ante un oponente que se esperaba algo menos fresco al haber jugado entre semana competición europea.
Así, el Viveros Herol Nava que jugó los primeros treinta minutos en El Sargal dominó el encuentro desde su sistema defensivo, un 6:0 que en absoluto permanecía inmóvil sino que se mostraba extraordinariamente dinámico en sus laterales, con continuas salidas evitando la normalidad en la circulación de un Rebi Cuenca al que poco a poco se le empezó a notar que el ritmo defensivo de su oponente le superaba.
Las primeras ventajas fueron locales, con Fede Pizarro liderando las operaciones desde el lateral derecho, pero en cuanto Nava ajustó todavía más su defensa con Guardiola y Moyano en un lado junto a Carró y Nevado por el otro, al equipo de casa se le comenzó a apagar la luz, que sólo se le iluminaba en ocasiones puntuales, cuando el equipo lograba conectar con Álex Pozzer.
Sin embargo, en el área contraria quien estaba iluminado de continuo era Borja Méndez, que realizó veinte minutos espléndidos, conectando al principio con Carró en el pivote, y posteriormente tomando la responsabilidad anotadora, sorprendiendo con sus lanzamientos desde los nueve metros que cogían demasiado hundida a la defensa local.
LA DEFENSA SORPRENDE
Un parcial de 0-3 le dio a Nava la primera ventaja en el encuentro y obligó a Lidio Jiménez a pedir tiempo muerto poco más tarde, porque su equipo se estaba viendo superado tanto en defensa como en ataque. Porque al conjunto de Álvaro Senovilla le salió casi todo bien en unos minutos en los que cuando no era Luis de Vega quien comenzaba a parar, era Óscar Marugán quien realizaba un gran repliegue para evitar un contragolpe, o Pancho Ahumada y Nevado quienes en acciones rápidas aumentaban la renta hasta un 10-15 que hacía saltar las alarmas a los locales, que con un segundo tiempo muerto intentaron frenar la sangría.

Los últimos cinco minutos de partido fueron de ritmo más bajo por parte segoviana. Guardiola y Prokop no terminaron de conectar demasiado bien y eso hizo perder varias acciones en ataque que le pasaron una cierta factura al equipo, que pasó del 10-15 al 12-15 con el que se llegó al descanso. Seguía habiendo ventaja, pero daba la impresión de que el partido estaba cambiando de signo.
Y así se puso en evidencia tras el descanso, porque el Rebi Cuenca que salió a la pista lo hizo dispuesto a ‘morder’ en defensa, algo que se esperaba puesto que el equipo de casa debía cambiar paraser competitivo, pero que pilló al Balonmano Nava (y a los árbitros) con el pie cambiado, porque durante los primeros diez minutos de la reanudación los segovianos no encontraron la manera de atacar el intenso 6:0 conquense, que apoyados por una afición que apretaba de firme, presionaba al rival y a los colegiados para firmar una remontada que le llevó del 12-15 al 20-17 en un parcial de 8-2 que le puso rápidamente el partido en franquicia.
FORTALEZA MENTAL… Y DANI PÉREZ
Pero afortunadamente el Balonmano Nava ha encontrado no sólo un nivel físico, sino una fortaleza mental más que importante para superar este tipo de contratiempos, y aprovechando la lesión de Simonet más una exclusión de Álex Pozzer en el lado local, se metió de nuevo en el encuentro gracias al talento de Ahumada y al acierto de Dani Pérez desde los siete metros.
El partido se metió entonces en un intenso toma y daca con Fede Pizarro tomando la responsabilidad en los de casa, y Dani Pérez dando la réplica en el equipo segoviano, que navegaba en una distancia desfavorable de uno y dos goles hasta que un par de acciones positivas de la defensa, más un zarpazo de Borja Méndez al borde del pasivo, empataron el duelo a diez minutos del final.
El equipo navero aprovechó una doble inferioridad local para darle la vuelta al partido en los compases finales
Dos exclusiones prácticamente consecutivas para Álex Pozzer y Juanjo Fernández vinieron a poner en evidencia que los árbitros ya le habían cogido el ‘truco’ a la defensa local, y un parcial de 0-3 con los tres goles marcados por Dani Pérez, uno desde el extremo y otros dos desde los siete metros pasaron el marcador del 25-24 al 25-27 a tres minutos y medio para la conclusión.
SENOVILLA: La lesión de Simonet ha lastrado al Cuenca y ha frenado la dinámica que llevaba en el partido. El final ha sido a cara o cruz, y por eso creo que el empate era algo que podía darse perfectamente”
Y fue entonces cuando la suerte, esa que algunos dicen que no existe, le vino a guiñar un ojo al Rebi Cuenca y a ponerse de espaldas al Viveros Herol Nava, porque en el ataque siguiente al tiempo muerto pedido por Lidio Jiménez Fede Pizarro lanzó al poste con tanta fuerza que el balón salió despedido hacia la pierna de Patotski… y se coló dentro. En el ataque siguiente Smetanka forzó un siete metros, pero Dani Pérez se encontró (por primera y única vez en el partido) con el portero local, y en el ataque siguiente para empatar, Patotski rechazó un primer lanzamiento desde los nueve metros, pero el balón le cayó a Arnau Fernández que igualó el partido.
Y pudo ser peor para los segovianos, porque Smetanka lanzó fuera el ataque que hubiera dado la victoria al Nava y, con medio minuto por delante para ganar el partido, Patotski detuvo el lanzamiento de Rubén Río, cerrándose así un empate de infarto.
